EL SARGENTO NEGRO (1960)

SERGEANT RUTLEDGE (EL SARGENTO NEGRO),
JOHN FORD (1960)

El soldado le dijo al sargento:
Si es posible, dígame sargento,
si alguna vez vio una montaña
que caminase como un hombre”.
El sargento le dijo al soldado:
Se nota que eres un novato,
pues de otra forma reconocerías
al capitán Buffalo”.

 El sargento negro es tanto un film como un western atípico en la carrera de John Ford. En relación al lenguaje cinematográfico utilizó más planos de los habituales en él debido al inusual planteamiento de la obra. Estamos ante la teoría de que no existe un género en “puro estado”. Es western, o sea un film del oeste, pero salpicado de melodrama, cine negro con ingredientes de suspense y enraizado en el (sub) género de juicios. La acción se desarrolla en un cuartel militar donde se celebra un consejo de guerra contra un sargento de color acusado de violar y asesinar a una muchacha además de matar al padre de esta, el comandante del fuerte. Narradas en flashback, las declaraciones de los testigos constituirán el esqueleto del film.
El sargento negro nació a partir de la idea del guionista Willis Golbeck al contemplar un cuadro de Frederic Remington sobre un soldado negro de Caballería. Conectó, con otro guionista, James Warner Bellah, autor de los relatos que sirvieron a Ford para realizar la llamada “trilogía sobre la Caballería” (Fort Apache, La legión invencible y Río Grande) y le mandaron el argumento. Warner Bellah y Ford habían tenido innumerables discusiones (al guionista le molestaba que el director le retocara y cambiara sus escritos, o más aún, le contrariaba que invirtiera ideológicamente en la pantalla lo escrito sobre papel). Le enviaron el argumento del film y Ford se mostró interesado desde el primer momento aunque también cambiase totalmente el entramado ya que la idea inicial era mostrar la contribución de un soldado de color al progreso de la nación americana. Ford tomó esta idea reaccionaria (en palabras de Joseph McBride, (a) y la transformó en una reflexión sobre la injusticia social y el racismo en la sociedad americana. A pesar de todo, cuando se decidió producir la película, Ford y el coronel James Warner Bellah se reconciliaron para a continuación celebrarlo con una descomunal borrachera. A medida que avanzaba el guión se notó el peso de Ford en la elaboración: la idea inicial de Golbeck era finalizar la película antes de empezar el juicio, dejando la noción de culpabilidad/inocencia en la mente del espectador, declarando que había escrito un tratamiento original -amalgamando la cuestión racial con el western-  a principios de los sesenta, cuando Hollywood había concebido la idea de realizar algún film sobre el problema negro (el tándem Goldbeck- Bellah volvió a colaborar con Ford en la magistral El hombre que mató a Liberty Valance)  El proyecto de Golbeck partía de un contexto histórico: al año siguiente de que la contienda civil hubiera terminado con la esclavitud, 1866, el IX y X regimientos formados por hombres de color, combatientes en la guerra, pasaron a formar parte de la de caballería de los Estados Unidos, siempre a las órdenes  de oficiales blancos (lo máximo que podía aspirar un soldado negro era el grado de sargento). Ninguno como ellos fue tan eficaz en acciones militares: los Buffalo Soldiers (Soldados Búfalo), tal como les llamaban los indios por los abrigos y gorras que usaban para resguardarse del frío. En la película, el teniente Tom Cantrell (Jeffrey Hunter) explicará a Mary Beecher (Constance Towers) ---prometidos al final de la cinta--- que el llamado Captain Buffalo (Capitán Búfalo) es un personaje legendario, un héroe, un ejemplo de soldado ideal (es el nombre de la canción de Mark David y Jerry Livingston cantada por los soldados negros y fondo musical, además debía ser el título original del film). Finalmente, bajo el amparo de Warner Brothers, el proyecto se hizo realidad y en julio de 1959 se filmaban las primeras tomas en los sugerentes paisajes, tan apreciados por Ford, de Monument Valley. El 28 de mayo de 1960 fue la fecha de estreno.

El sargento negro -film por el cual siempre he sentido especial debilidad- no fue  éxito de taquilla en su país, mucho mejor en su exportación europea además de ser considerado, incluso por forofos fordianos, en muchas ocasiones, como un film simpático y comprometido pero menor. Hoy día  su apreciación ha subido muchos enteros sin ser unánime. Verdaderamente no es tan complejo como The Seachers (Centauros del desierto, 1956) o The Man who Shot Liberty Valance (El hombre que mató a Liberty Valance, 1962) pero si es uno de los más corrosivos del autor. Algunos señalan que la interpretación no está a la altura de otros logros (algo más que discutible), que el final sea precipitado y que produzca desequilibrio y abusara de su habitual y socarrón humor (también más que discutible). Así, entre virtudes y defectos, Tag Gallager (b) en su monumental estudio (lo último publicado aquí sobre el cine de Ford) dice: Pocas películas retratan “el orden” con tanto desagrado y al estamento militar con tanta repugnancia. Sin embargo Ford, fiel a su mundo de cariño hacia las comunidades humanas, hará pronunciar las palabras en boca del acusado: …decidí volver y entregarme porqué mi regimiento (IX de Caballería) es mi hogar, mi familia, mi vida… no hubiera podido vivir de haber desertado, soy un hombre, no una bestia salvaje (mientras estalla en sollozos). El sustrato de humor --- agudo y punzante, en ocasiones ---lo veo más que acertado en contrapeso al dramatismo de la obra: 1)- las esposas de los oficiales, capitaneadas por Cordelia (Billie Burke) --- esposa del coronel, juez del consejo de guerra Otis Forgate (Willis Bouchey) --- desean estar en el juicio; charlan, cotillean y molestan hasta ser expulsadas por el coronel (Ya te ajustaré las cuentas cuando vengas a casa, dice Cordelia a su marido); 2)- cuando ésta es llamada a testificar y dice haber visto huir al acusado hacia las ocho de la tarde, su esposo manifiesta: Tu nuca has sabido en que hora vives, Cordelia; a lo que ella responde: Si, lo sé porqué daban las ocho en aquel reloj, el de flores pintadas, que tú robaste durante la guerra, mientras tus hombres saqueaban Atlanta; 3)- el juez pide agua, los miembros del tribunal saben que es whisky; 4 El jurado va a deliberar en unos momentos de descanso: entran en una sala contigua, aparecen botellas de whisky, vasos y una baraja de cartas, empiezan a jugar y a beber; 5)- los cuatro oficiales que componen el jurado se burlan solapadamente de su superior, coronel y juez, con miradas irónicas y toses guasonas, etc.; 6) cuando el fiscal llama para declarar a Cordelia, ésta no quiere jurar sobre la edición de la Biblia usada para tal fin sino sobre la suya; 7) mientras leen párrafos del Código Militar descubren que es el de la Confederación, desfasado teóricamente pero vigente ya que no se ha impreso otro…..

El acusado, sargento Braxton Rutledge (excelente Woody Strode), con una hoja de servicios ejemplar, guarda silencio por tener todos los indicios en contra aunque sea inocente, cosa que proclama al principio, pero nada más. Sabe que si es declarado culpable, el delito no recaerá solamente sobre él sino que afectará en negativo y para siempre a toda la comunidad negra del fuerte. Aguanta imperturbable los ataques del fiscal, el capitán Shattuck (Carleton Young) quien demuestra tener también prejuicios racistas lo que provoca las protestas del abogado defensor Cantrell, superior del acusado y único en el jurado que cree --- con dudas en según qué momentos --- en la inocencia del sargento Rutledge (Ford tomó el apellido de un antiguo amor de Abraham Lincoln, Ana Rutledge; en la magnífica película que dedicó al futuro presidente, a quien admiraba -El joven Lincoln, protagonizada por Henry Fonda- donde vemos a nuestro hombre traer flores a la tumba de la mujer que amaba, fallecida desde hacía varios años).

La obertura y las dos primeras secuencias contienen el enunciado de toda la obra. En un grandioso Plano General sobre uno de los puntos más conocidos de Monument Valley aparecen los créditos mientras del horizonte viene hacia nosotros un coche descubierto de caballos: el teniente Cantrell y su asistente. A continuación vemos un cuartel militar con el rótulo en detalle UNITED STATES ARMY HEADQUARTERS con el subtítulo Departament of  the Southwest. La cabeza de los dos caballos corta el encuadre de la parte baja-izquierda de la pantalla (algo que también hizo Anthony Mann, otro grande, con una caravana al inicio de Horizontes lejanos). Cantrell se presenta como abogado del sargento acusado. Estamos a 8-8-1881. Cuando éste hace su aparición vemos la primera manifestación racista: una masa vociferante insulta, amenaza y exhiben cuerdas para ahorcar al reo. Cantrell logra que el juez expulse a todos los componentes de la turba. Solo quedan cuatro personas relacionadas con el caso: el sargento de color  Matthew Luke Skidmore (magnífico Juano Hernández) y a su lado el doctor Eckner, del fuerte donde sucedieron los hechos (Charles Seel), sentados en sillas dentro del recinto el jurado. Detrás, en el primer banco el aprovisionador del fuerte donde ocurrió el doble asesinato y la violación, Chandler Hubble (Fred Libby) y a su lado Mary Beecher, quien habiendo empezado una relación sentimental con Cantrell había roto con él precisamente por detener a Rutledge. En el primer flash back, Mary interrogada por el fiscal, empieza la narración mientras se va oscureciendo la sala hasta encadenar con un tren silbando en la noche, la estación de Spindel donde Mary queda sola, el humo de la locomotora, la noche azulada que pasa a negra contrastando con su vestido rojizo, descubrimiento del cadáver del jefe de estación con una flecha clavada y surgir de la noche la impresionante figura de Rutledge, primero parece amenazadora, luego tranquilizadora. Unos apaches han escapado de la reserva, en otro flash-back, ahora ante el abogado Cantrell, el rostro de Mary se oscurece empalmando con el relato. Puede manifestar que el sargento le salvó la vida. En el flash-back correspondiente a Cordelia Fosgate, llamada por el fiscal ante el desagrado del juez al ver entrar otra vez a su esposa, conocemos a la muchacha, futura víctima, Lucy Dabney (Toby Richards), cortejada por Chris Hubble (Jan Styne), hijo del aprovisionador y vemos como Rutledge huye herido del fuerte. El testimonio del  Dr.  Eckner sirve para informarnos del hallazgo de los cuerpos de la joven y su padre. En el del sargento Skidmore -no se acuerda de su edad y declara haber nacido esclavo-  descubrimos que, tras la huída de Rutledge y su encuentro con Mary en la estación, éste es capturado por Cantrell y sus soldados de color. De regreso al fuerte encuentran el cadáver desfigurado de Chris Hubble, asesinado por los apaches para recordar una escena de las más significativas: en una escaramuza entre  los indios y los soldados negros, uno de estos  es herido de muerte y, atendido por Rudledge, sus últimas palabras son, Somos tontos luchando por los blancos en su guerra contra los indios; respuesta del sargento, No, lo hacemos por nuestra dignidad, pero el compañero que tiene entre sus manos está ya muerto…..

Prueba de ser un consejo de guerra poco usual lo demuestra el hecho de que el fiscal pida (pruebe) al defensor como un testigo más. Le extraña que fallara el disparo de pistola cuando Rutledge escapa  y luego al coger la carabina Mary le desviara el brazo haciendo errar el disparo (Skidmore testifica que el teniente Cantrell jamás falló un tiro en las prácticas); siendo entonces cuando  un Cantrell muy enfadado le dice a Mary que nuestra amistad aquí termina….  También el fiscal sugiere al acusado si quiere prestar declaración como un testigo más (algo que es optativo) pero el sargento jura sin dudar sobre la Biblia. Cantrell va atando cabos, una crucecita dorada que perteneció a la difunta Lucy y el abrigo de su pretendiente Chris, ambos objeto encontrados a un apache muerto le hacen reflexionar y expone una teoría: Rutledge entró para informar al comandante de las incursiones apaches encontrándose con el cuerpo ultrajado y asesinado de Lucy; con un instinto de piedad cubrió el cadáver con una prenda, momento que entró el oficial y creyó que el responsable era el sargento. Disparó sobre él hiriéndole y Rutledge, en clara defensa propia le devolvió el disparo matándole y huyendo después ya que podía estar seguro que nadie creería lo que pasó en realidad. Al declarar --- esta vez sin flash-back, no nos movemos del tribunal --- el aprovisionador se contradice en sus declaraciones, parece querer culpar a su hijo muerto; el defensor le recuerda que las iniciales en la chaqueta podían ser tanto de él como de su hijo (C.H., Chandler Hubble- Chris Hubble), suben de tono las palabras mientras el abogado abofetea a Chandler, éste se derrumba y confiesa: Tuve que hacerlo, tuve que hacerlo, me provocaba su caminar, me obsesionaba………
Cantrell y Mary se reconcilian y  abrazan en el patio dispuestos a unir sus vidas mientras el regimiento de Soldados Búfalo pasa por su lado sonrientes  mirando hacia otra dirección………
No he oído al respecto las opiniones de eminentes fordianos de aquí, como Miguel Marías o José- Luis Garci, si la de José- María Carreño, gran defensor del film. Estoy totalmente de acuerdo con él…..

Mn. Narcís Ribot i Trafí

a)- Joseph McBride y Michael Wilmington, John Ford, editado en U.S.A. (1974), traducción española, Ediciones J.C. (1984), uno de los mejores estudios sobre varios films del realizador.
b)- Tad Gallager, John Ford, U.S.A. (1986), puesta al día y traducción española, John Ford y su cine, a cargo de AKAL (2009), 767 páginas


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