ELLA Y SUS MARIDOS

"Ella y sus maridos" ("What a Way to Go!", 1964)
Dirección: J. Lee Thompson – Argumento: Gwen Davis – Guión: Betty Comden y Adolph Green – Fotografía (Cinemascope y Color Deluxe): Léon Shamroy – Efectos especiales: L.B. Abbott y Emil Kosa, Jr. – Música: Nelson Riddle, con arreglos de Arthur Morton – Canciones: I think that you and I should get acquainted y Musical extravaganza, con letra de Betty Comden y Adolph Green y música de Jule Styne – Coreografía: Gene Kelly – Sonido: Bernard Freerich y Elmer Raguse – Montaje: Marjorie Fowler – Dirección artística: Jack Martin Smith y Ted Howarth – Decoración: Walter M. Scott y Stuart A. Reiss – Ayudante de dirección: Fred R. Simpson – Vestuario: Moss Mabry – Maquillaje: Ben Nye – Peluquería: Margaret Donovan y Sydney Guilaroff – Producción: Arthur P. Jacobs (J.L. Thompson Production) para 20th Century– Fox– Duración: 111 minutos.
Reparto: Shirley MacLaine (Louisa), Dick Van Dyke (Edgar Hopper), Paul Newman (Larry Flint), Robert Mitchum (Rod Anderson), Dean Martin (Leonard Crawley), Gene Kelly (Jerry Benson), Bob Cummings (Dr. Steffanson), Reginald Gardiner (Pintor), Margaret Dumont (Sra. Foster), Lou Nova (Trentino), Fifi D'Orsay (Baronne), Maurice Marsac (René), Wally Vernon (Agente), Lenny Kent (Abogado), Jane Wald (Polly), Marjorie Bennett (Sra. Freeman), Christopher Connelly (Ned), Barbara Bouchet (Muchacha en el avión), Tom Conway (Lord Kensington), Queenie Leonard (Lady Kensington), Anthony Eustrel (Wilfard), Phil Arnold (Agregado de prensa), Richard Wilson (Driscoll), Sid Gould (Productor), Paula Lane (Amiga del productor), Armand Arched (Locutor de televisión), Tracy Butler (Vedette), Anton Arnold (Sr. Foster), Roy Gordon (Padre), Burt Mastin (Abogado de Crwleyvilfe), Billy Corcoran (Leonard, con siete años), Jeff Fithian (Jonathan, con cinco años), Pamelyn Ferdyn (Geraldine, con cuatro años), Helene Winston (Doris) y Jack Greening (Chester).

APJAC es una productora creada por Arthur P. Jacobs que se hizo famosa por producir para la 20th Century Fox la serie de El Planeta de los simios, aunque no fue concebido como tal sino como un filme independiente al que se le añadieron cuatro secuelas un tanto irregulares.
El productor tuvo que luchar mucho en la Fox para rodar la célebre película de Franklin J. Schaffner pero a base de persistir logró su objetivo. Sin embargo, antes de su singladura la nueva firma quería debutar con una película de Marilyn Monroe, Ella y sus maridos, en la que la rubia estrella, en el cénit de su carrera, iba a ser emparejada por los galanes entonces en boga en Hollywood. Pero inesperadamente el proyecto se fue al traste. Marilyn se suicidó en 1962 de forma misteriosa por lo que tras algunos aplazamientos la película tuvo su primera vuelta de manivela con un cambio de actriz: Shirley McLaine, heroína de grandes títulos de Billy Wilder como El apartamento e Irma La Dulce.
El cambio fue un palo para la taquilla. Shirley no era una estrella al uso, una mitificada reina del erotismo sino una actriz que era de mejor calado pero que representaba un tipo de mujer mucho más cotidiano.
Sus galanes estaban entonces de moda. El emergente Dick Van Dyke, famoso por su show empezaba a despuntar en cine aunque su Mary Poppins aún no se había estrenado; Gene Kelly estaba llegando al final de su carrera pero era un prestigio sólido, Paul Newman estaba en su mejor momento pero su participación no fue demasiado brillante, Robert Mitchum estaba como siempre, Dean Martin era el contrapunto canallesco y Bob Cummings ya había dejado atrás su mejor época. Como sorpresa nos reencontramos por última vez a la gran Margaret Dumont.Sí, la misma de los filmes de los hermanos Marx.
J. Lee Thompson había conseguido en el pasado algunas buenas películas como El cabo del miedo y La Bahía del tigre, pero parecía poco dotado para la comedia. Ella y sus maridos no es nula. La crítica fue algo dura con ella, pero el tiempo la ha convertido en todo un clásico menor pero ya se sabe que los Billy Wilder, Blake Edwards y Richard Quine eran únicos e irrepetibles.
El guión conserva su mordacidad, esa crítica al sistema que con la serie de los simios se convirtió en marca de la casa. Nos encontramos con una aguda reflexión sobre el capitalismo, el enriquecimiento por encima de todo.
La protagonista se casa sucesivamente con unos hombres adorables, encantadores, pero el repentino éxito que les enriquece les envilece y fallecen uno tras otro. La opulencia les mata y la pobre mujer acaba acomplejada creyéndose portadora de alguna extraña y destructiva maldición.
Para mí lo mejor de la película son los pastiches. Louisa (McLaine) con cada marido sueña con antiguas películas. Así en su matrimonio con Dick Van Dyke se cree vivir en una antigua película cómica muda, con Gene Kelly, ¡cómo no! en un musical, con Paul Newman en una película francesa naturalista al estilo Jean Renoir y con Mitchum una alienante cinta hollywoodense de falsos resplandores y riquezas vanas.
Estas secuencias son impagables y se elevan por encima del resto del metraje al que le falta fuerza pero le sobra simpatía.

Salvador Sáinz

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Arriba izquierda Shirley McLaine con Dick Van Dyke. A la izquierda su famoso bikini negro.

Arriba derecha el poster francés.