RASPUTÍN (1966)


Rasputín. Título original: Rasputin: The Mad Monk. Año: 1966. Duración: 91 min. País: Reino Unido. Director: Don Sharp. Guión: Anthony Hinds (John Elder) Música: Don Banks. Fotografía: Michael Reed. Reparto: Christopher Lee, Barbara Shelley, Richard Pasco, Derek Francis, Suzan Farmer, Francis Matthews, Dinsdale Landen, Renée Asherson. Productora: Hammer Film Productions / Seven Arts Productions. Género: Terror. Thriller | Biográfico. Revolución Rusa

Don Sharp fue un realizador de segunda fila que jamás destacó en nada. Sus películas se pueden ver, naturalmente, porque carecen de pretensiones y no molestan a nadie. Rasputín es una película de muy escaso presupuesto, producido más por cuestiones alimenticias que para crear una buena película que no es ni de lejos, aunque tampoco es mala. Es una medianía que se apoya en dos grandes trabajos, el del gran Christopher Lee y la excelente Barbara Shelley. Da la impresión de que se produjo para amortizar gastos ya que reutiliza los mismos decorados de Drácula, príncipe de los tinieblas del imprescindible Terence Fisher y sus actores principales. Aunque claro está que los resultados son muy distintos.
Lo mejor es sin duda Christopher Lee que en esta ocasión se ha desmelenado lo suyo, aunque en las secuencias de baile parece que le pusieron un doble, porque no se explica cómo Rasputín de repente crece y crece y luego se encoge hasta límites inconcebibles.
Este Rasputín es mujeriego, pendón, borracho y le da la oportunidad a Lee de pasárselo bien. Acostumbrado a sus papeles de villano que jamás se lleva al huerto a nadie aquí se puede por fin desquitar.
Toda la película, tal como he apuntado, se apoya en su interpretación que es lo mejor ya que el guión y la puesta en escena es más bien pobre como todas las películas de Don Sharp La Hammer le debió contratar porque todos los directores de más pedigrí debían estar ocupados y porque debía ser más económico rodar con él. Si no estuviera Christopher Lee y Barbara Shelley como cabeza de cartel este filme ya habría caído en el más profundo de los olvidos.

Salvador Sáinz


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