LA CÓLERA DEL VIENTO (1970)

Nos encontramos con un western extraño, muy extraño. La cólera del viento no está ambientada ni en Texas, ni en Arizona, ni en territorio mexicano (pasaje muy habitual en algunos westerns europeos) sino en Andalucía. Pero no una Andalucía "normal". En aquel tiempo las películas se doblaban en mudo, es decir sin sonido, y se doblaban después en unos estudios de doblaje.
Pues nos encontramos con la "anormalidad" de que los campesinos y los señoritos andaluces no hablan con su acento peculiar, propio de aquellas tierras, sino con un castellano neutro.
El mismo defecto tienen aquellos westerns basados en México, la Revolución y Pancho Villa rodados en España o por gringos en Hollywood. Su acento desaparece por arte de birlibirloque.
Se ve que a cierta gente les desagrada mucho las peculiaridades de otros lares.


La cólera del viento. Año de producción: 1970. País: España. Dirección: Mario Camus. Intérpretes: Terence Hill, Mario Pardo, Fernando Rey, Carlo Alberto Cortina, Máximo Valverde, Ángel Lombarte, William Layton, Manolo alexandre, Andrés Resino, Fernando Sánchez Polack, Manuel de Blas, José Manuel Martín, Maria Grazia Buccella. Guión: Manolo Marinero, Mario Camus, Mario Cecchi Gori, José Vicente Puente, Miguel Rubio, Alberto Silvestri, Franco Verucci. Música: Augusto Martelli. Fotografía: Roberto Gerardi. Distribuye en DVD: Filmax. Duración: 105 min.. Público apropiado: Jóvenes. Género: Western

 

Durante el franquismo pasaron cosas muy extrañas. como su política fue siempre la del avestruz, la de esconder la cabeza ante los problemas sociales del país, pues lo que no convenía se prohibía. Ahora se hace lo mismo pero de forma más sibilina. Si Franco te prohibía lo que no le interesaba, en la actualidad sus sucesores te asfixian económicamente si se les contradice. Es hacer lo mismo pero de una forma mucho más hipócrita.
Los problemas del campo andaluz eran temas tabú en aquellos tiempos, así que Mario Camus lo disfrazó como si de un western se tratara. Como protagonista nos encontramos a Terence Hill que en aquel tiempo aún era desconocido. Al rodar Le llamaban Trinidad, precisamente después de la que nos ocupa, su carrera dio un giro de 180º y se reconvirtió en actor cómico, alcanzando la fama. Por esa razón, al visionar la película de Mario Camus en un registro distinto, el público mal informado se queda estupefacto.
La cólera del viento tiene algunos peros, ya expuestos más arriba, pero también numerosas virtudes. Su mérito es el de exponer una temática incómoda en unos tiempos en que parecían una misión imposible. Por eso, burlando la censura pasa su discurso como si fuese un western convencional.
Unos terratenientes egoístas, los clásicos señoritos andaluces que han hecho todo lo posible para impedir el libre desarrollo de su pueblo hundiéndole en la miseria son expuestos con total sinceridad. No sólo les explotan, sino que impiden su progreso intelectual. Una élite empeñada en mantener un régimen feudal, contraria a toda clase de progreso y a evolucionar con los tiempos.
Si como película en sí es justita, pero eso sí muy simpática, ya que Mario Camus ha rodado títulos muy superiores a éste, su visión se ve con agrado. Su estética de fotonovela la empaña, pero tiene fuerza, tiene ritmo. Los actores están bien, incluso el inexpresivo Terence Hill.
En fin, una película que en su día nos encantó por razones extra cinematográficas, dadas las circunstancias es comprensible, y vista actualmente conserva parte de su encanto. El tiempo la ha convertido en todo un clásico.

Salvador Sáinz

 

A nuestra izquierda una imagen del realizador Mario Camus, uno de los más brillantes del cine español, quien para sobrevivir ha tenido que rodar muchas películas alimenticias como la que nos ocupa.
Siempre les ha dado un toque de dignidad porque la situación no justifica la desidia. De temática similar ha rodado dos episodios de la serie Curro Jiménez (1977), seis de Los desastres de la guerra (1983) y La vuelta de El Coyote (1998)