HULK (2003)

Yo no soy muy amigo de los blockbusters creados por las multinacionales ni de las películas basadas en superhéroes, pero La Masa o Hulk tiene su atractivo. Es esa aureola de personaje maldito que arrastra, un ser que no encaja en ninguna parte, un marginado solitario y amargado.
Es decir se trata de un ángel caído por causa de un accidente no deseado que convierte al doctor Bruce Banner en un gigante verde que destroza todo a su paso.
La película de Ang Lee tiene su encanto. Es vibrante pero a veces excesiva como el último cine de Hollywood donde abusa de los efectos digitales. Pero Hulk nos inspira simpatía, en cierto modo ternura y afecto.
No es un ser triunfalista como los superhéroes. Los de la DC Comics parecen boyscouts y los de la Marvel dan la impresión de que se han escapado de un manicomio. Hulk es distinto. Es víctima de su propia situación y trata de huir inútilmente de ella. Los perdedores siempre tienen su encanto.
La película de Ang Lee, pese a que uno no es fan de esa clase de cine, tiene su encanto. Por un lado es excesiva. Demasiada acción provoca que muchos espectadores perdamos el hilo de la trama. Yo veo en su desarrollo mucha profesionalidad, un espectáculo dirigido a un público frikkie, si lo eres disfrutarás y si no te quedarás indifeente.
A su favor tiene el trabajo de Eric Bana aunque parte del protagonismo se lo robe el mocap y esa estética de comics que tienen su vidilla, su encanto.

Salvador Sáinz