ALIEN, EL OCTAVO PASAJERO (1979)

Alien, el octavo pasajero fue una de esas películas que cuando se estrenó nadie esperaba nada pero que por sorpresa se convirtió en una de las más taquilleras, una obra de culto que incluso está considerada como modélica por críticos e historiadores. Una película redonda que soporta el paso del tiempo salvo el detalle de los ordenadores que no tienen instalados ningún sistema operativo (MacOs o Windows) y que se ven como se veían en el año 1979 y no en la actualidad.
El éxito de Alien generó una franquicia de tres secuelas, dos crossovers y una precuela: Aliens, el regreso (1986), Alien 3 (1992) y Alien Resurrection (1997) son las secuelas, los horrendos crossovers son Alien vs. Predator (2004) y Aliens vs. Predator: Requiem (2007), la `recuela de reciente producción Prometheus (2012) con el regreso de Ridley Scott a la dirección. Está anunciada otra cinta titulada provisionalmente Prometheus 2 que se vería, si no hay contratiempo, dentro de dos años.
Cuando se estrenó Alien, el octavo pasajero surgió una polémica. Su argumento era muy parecido al de un modesto film de Mario Bava titulado Terror en el espacio (1965) con Barry Sullivan, Norma Bengell, Ángel Aranda en la que aparece en una secuencia la famosa escena del esqueleto sentado en el sillón de una nave espacial.
Por otra parte generó numerosos plagios e imitaciones, películas que han caído en el olvido por su pésima calidad. Sigourney Weaver, la única cara desconocida del elenco de Alien, se convirtió de la noche a la mañana en una figura archipopular. A pesar de no ser un sex symbol al uso consiguió una larga lista de admiradores. Es un tipo de mujer que entonces era novedoso. Hasta la fecha las mujeres que aparecían en estos filmes se limitaban a ser atractivas y a lucir sus encantos, en convertirse en seres decorativos como la Anne Francis de Planeta prohibido y sus espectaculares minifaldas, o era la víctima a la que el monstruo de turno perseguía y debía ser rescatada por su héroe personal. La Ellen Ripley del filme en cambio es una mujer que lleva la iniciativa, es dura, luchadora e intrépida. Una caracterización que en su día sorprendió y la elevó al Olimpo de las diosas cinematográficas. La mujer que quiere y es igual al hombre, que no te interesa por sus atributos físicos sino por su carácter y por su personalidad.
El resto del reparto se compone de actores que en aquella época eran muy populares en cine o en televisión: John Hurt, Yaphet Kotto, Tom Skerritt, Veronica Cartwright, Harry Dean Stanton, Ian Holm eran rostros muy conocidos en esas fechas.
La nave espacial Nostromo viaja desde el planeta Thedus de vuelta a la Tierra con un enorme remolque de veinte millones de toneladas de mena, llevando a siete miembros de su tripulación en sueño criogénico. Al recibir una transmisión de origen desconocido proveniente de un planetoide cercano, el ordenador central de la nave, pre Windows, «Madre», despierta a la tripulación, quienes creen estar cerca de la Tierra. En realidad se encuentran en un planeta desconocido en cuyas instalaciones se encuentran un esqueleto gigante, huevos de gran tamaño del que sale un parásito que ataca a uno de los tripulantes. El ser que finalmente sale de su estómago es diminuto pero crece rápidamente convirtiéndose en una amenaza para la tripulación.
Dan O'Bannon escribió el guión con reminiscencias de otras películas como la ya citada Terror en el espacio, de donde copió la secuencia del esqueleto; Planeta prohibido, los astronautas que van siendo asesinados por un terror desconocido; etc. Bannon llegó a declarar «Yo no le robé Alien a nadie. ¡Yo se lo robé de todos!». En un principio le ofrecieron el guión a Roger Corman, pero un amigo le disuadió y le puso en contacto con Walter Hill, David Giler y Gordon Carroll, quienes habían formado una compañía de producción llamada Brandywine, la cual tenía contactos con la 20th Century Fox.
Tras ocho versiones del guión la Fox no estaba interesada en producirla, pero el éxito de La guerra de las galaxias (1977) les hizo cambiar de opinión. Dan O'Bannon quería dirigir la película pero la Fox no estaba de acuerdo, se la ofreció a Walter Hill, Peter Yates, Jack Clayton y Robert Aldrich, no interesados en este tema, por lo que Ridley Scott, que había triunfado con Los duelistas. La filmación de Alien se completó desde el 5 de julio hasta el 21 de octubre de 1978. La fotografía principal se llevó a cabo en Shepperton Studios, en Londres, mientras que los modelos en miniatura y la filmación se realizó en Bray Studios, en Water Oakley

---

Alien es una película de atmósfera claustrofóbica, la trama gira en una nave de la que sus tripulantes no pueden escapar siendo acosados por un peligro extraño, desconocido, del cual no saben absolutamente nada y por lo tanto no saben cómo eliminarlo.
Se ven impotentes, débiles y vulnerables. El guión describe a la perfección a los personajes en un principio interesados sólo en temas pecuniarios o en la comida que les dan. Refunfuñan cuando la nave “comercial” se para en un planeta extraño para un asunto que no es de su incumbencia como la exploración de su interior descubriendo una realidad que no comprenden. Extraños huevos de la que aparecen unos parásitos que se incrustan en la cara.
Una vez iniciada la acción, se produce el terror.
Scott sabe que para que el público se identifique con los personajes y sufra con ellos primero debe conocerlos. Cada miembro de la tripulación tiene su propia personalidad, la chica apocada, los obreros peseteros, un inesperado androide que esconde un traidor, un manipulador que sabía adónde se dirigía realmente la nave para capturar al alien y llevarlo a la Tierra para su estudio sacrificando la vida de los tripulantes.
La acción es constante y el suspenso está perfectamente cronometrado. Es por eso que la película es de realización sólida, no tiene puntos muertos, y engancha al espectador con su ritmo frenético que no deja lugar ni un solo segundo al tedio.
Sigourney Weaver llena la película, se convirtió en estrella gracias a su papel icónico, y consiguió convertirse en todo un referente de la ciencia ficción.

Salvador Sáinz