LEGEND (1985)


LEGEND. Título original: Legend. Año: 1985. País: Estados Unidos. Director: Ridley Scott. Intérpretes: Tom Cruise (Jack), Mia Sara (Lili), Tim Curry (Darkness), David Bennent (Gump), Alice Playten (Blix), Billy Barty (Screwball), Cork Hubbert (Brown Tom), Peter O'Farrell (Pox), Kiran Shah (Blunder), Annabelle Lanyon(Oona), Robert Picardo (Meg Mucklebones), Tina Martin (Nell), Ian Longmur (Demon Cook), Mike Crane (Demon Cook), Liz Gilbert (bailarina del vestido negro). Guión: William Hjortsberg. Música: Jerry Goldsmith. Fotografía: Alex Thomson.Productora: 20th Century Fox / Universal Pictures. Duración: 89 minutos. Fantástico. Aventuras, Espada y brujería


Legend presenta una cierta semejanza con la serie de Peter Jackson sobre El Señor de los Anillos y El Hobbit, pero se realizó dieciséis años antes. Ya sabemos que están las novelas de Tolkien primero pero me refiero a su estilo visual concretamente. El director de Alien-el octavo pasajero, Prometheus y Blade Runner no consiguió el mismo éxito pero eso sí, ese film de trasgos, unicornios y hadas tiene numerosos seguidores porque se trata de un filme menor pero personal.
Es uno de los mejores títulos de su realizador aunque pertenezca a un estilo distinto. Esta vez nos encontramos con un mundo mágico repleto de seres etéreos, de un gran Señor de la Oscuridad que no desea que salga el Sol y quiere sumir a la humanidad en unas tinieblas eternas. Para ello debe realizar una vileza, arrancar el cuerno a un unicornio.
En la película desfilan toda clase de seres mágicos, entrañables, como un joven Jack (Tom Cruise) y su enamorada, una bella princesa (Mia Sara). En fin una película que en su día fue un sonado fiasco porque no convenció a casi nadie pero que en la actualidad hay gente que la reivindica y la adora.
Lo que sí es indiscutible es el estilo visual, muy rico, que sobresale en unos tiempos en que se impone la imagen standard e impersonal. Una imagen que no ha perdido su poder de fascinación con el paso de los años y que permanece inalterable en nuestro panteón de películas incomprendidas.

Salvador Sáinz