EL DIA MÁS LARGO (1962)


EL DÍA MÁS LARGO. Título original: The Longest Day. Año 1962. País: Estados Unids. Directores: Ken Annakin, Andrew Marton, Bernhard Wicki. Reparto: John Wayne, Robert Mitchum, Henry Fonda, Richard Burton, Sean Connery, Curd Jurgens, Rod Steiger, Robert Ryan, Eddie Albert, Peter Lawford, Gert Frobe, Robert Wagner, Sal Mineo, Mel Ferrer, Richard Todd, Richard Beymer, Bourvil, Roddy McDowall, Arletty, Irina Demick. Guión: Cornelius Ryan (Novela: Cornelius Ryan). Música: Maurice Jarre. Fotografía: Jean Bourglin & Walter Wottitz (B&W). Productora: 20th Century Fox / Darryl F. Zanuck Production. Duración: 180 minutos. Bélico. Acción | II Guerra Mundial. Cine épico

Cuando yo era adolescente y se implantó la televisión en España, aparecía un crítico de cine, maestro de maestros, llamado Alfonso Sánchez que, a pesar de ser algo tartaja, era un modelo a seguir pese a las circunstancias sociopolíticas. Con su habitual ironía, su sutil socarronería Solía comentar ante las películas bélicas estadounidenses. “Si los alemanes son tan tontos como los que aparecen en las películas yo no me explico porque los americanos no ganaron la guerra en dos días”. Y a decir verdad tenía toda la razón del mundo. Los alemanes nunca fueron tontos, a pesar de padecer un régimen político execrable en aquel tiempo, algo muy largo de explicar.
El día más largo, después parodiada por Sergio Corbucci en El día más corto, que a mi juicio es superior, es un mastodóntico espectáculo sobre el famoso desembarco de Normandía que cambió en apariencia el curso de la Segunda Guerra Mundial aunque malas lenguas dicen que la sangrienta contienda quien en realidad la ganó fue la Unión Soviética.  
La película está repleta de cameos desde Bourvil, que da la nota cómica junto a Red Buttons, hasta John Wayne pasando por toda clase de rostros famosos como Robert Mitchum, Henry Fonda y el entonces desconocido Sean Connery (su James Bond estaba al caer). Lo más interesante es su descripción de la época aunque con el consabido fallo de todas las películas producidas por Hollywood donde suponen que todos los seres de este planeta son angloparlantes como si no hubiera otros idiomas en este maldito mundo.
Digo y repito que la ambientación, la gloriosa fotografía en blanco y negro, es lo mejor de la cinta en todo su metraje compuesta por historias cortas de varios personajes a la vez todo ello bien resuelto por el equipo directivo de la misma.
Al menos no muestra a los alemanes como unos villanos grotescos, aunque es crítico con su fürher, verdadero artífice de la derrota. Que un personaje como Hitler haya llegado a conseguir convertirse en un dictador en un país tan culto como Alemania es todo un misterio. Así conocemos a través de la película retazos de vida de seres diferentes que vivieron semejante acontecimiento histórico desde los resistentes franceses, al alcalde galo y paleto de turno, los soldados británicos que van a la batalla tocando gaitas escocesas y los estadounidenses triunfalistas como siempre.
La película es muy profesional, muy bien resuelta técnicamente y su narración no tiene fisuras. Un espectáculo de horror y muerte dulcificado para ser visionado por públicos de todas las edades.

Salvador Sáinz