WATERLOO (1970)


WATERLOO. Título original: Waterloo. Año: 1970. Paises: Italia, Unión Soviética. Director: Sergei Bondarchuk. Reparto: Rod Steiger, Christopher Plummer, Orson Welles, Jack Hawkins, Virginia McKenna, Dan O'Herlihy, Rupert Davies, Philippe Forquet, Gianni Garko, Ivo Garrani, Ian Ogilvy. Guión: H.A.L. Craig, Vittorio Bonicelli, Sergei Bondarchuk. Música. Nino Rota. Fotografía: Armando Nannuzzi. Coproducción Italia-URSS; Dino de Laurentiis Cinematografica / Mosfilm. Duación: 132 minutos. élico. Drama | Histórico. Siglo XIX. Guerras Napoleónicas

Sergei Bondarchuk había triunfado con su insuperable versión de Guerra y paz (1967) que parecía la persona ideal para dirigir esta visión espectacular de Waterloo (1970), la batalla que puso fin definitivamente los delirios imperialistas de Napoleón Bonaparte cuyas tropas fueron literalmente masacradas.
Resulta paradójico que una política que en aquel tiempo era la más progresista de toda la humanidad, como era la República, que se instaló cómodamente en los Estados Unidos de América se corrompió por las campañas bélicas y el exceso de ambición de su líder Bonaparte.
La película está lejos de la mentada Guerra y paz, a pesar de todo una película completamente distinta porque si es cierto que hubiera batallas, el eje central de la película no son las mismas sino las tramas dramáticas de sus personajes centrales.
Así en esta cinta que en su día jugó la carta espectacular gracias a las secuencias de movimientos de masas, vistas en grandes pantallas, lo que en su versión de video queda disminuida sensiblemente, la parte humana tiene una importancia menor.
Wellington contra Napoleón, los sueños de gloria de éste quedan en la nada.
Imágenes que parecen pinturas, paisajes que cobran vida. Lo espectacular ahoga lo dramático, lo que en realidad es una guerra. Un ejercicio sistemático de destrucción humana, segando vidas preciosas de ciudadanos de unos países en contra de otros, siempre en beneficio de los intereses de los poderosos, los aristócratas europeos, amos indiscutibles de todo el continente.
La película debe verse más como un documento histórico que como una  historia de unos seres abocados a la destrucción mutua por intereses que no son los suyos.

Salvador Sáinz