CORTINA RASGADA (1966)


CORTINA RASGADA. Título original: Torn Curtain. Año 1966. País: Estados Unidos. Director: Alfred Hitchcock. Intérpretes: Paul Newman (Profesor Michael Armstrong), Julie Andrews (Sarah Sherman), Lila Kedrova (Condesa Kuchinska), Hansjörg Felmy (Heinrich Gerhard), Tamara Toumanova (Bailarina), Wolfgang Kieling (Hermann Gromek), Ludwig Donath (Profesor Gustav Lindt), Günter Strack (Profesor Karl Manfred), David Opatoshu (Mr. Jacobi), Gisela Fischer (Dr. Koska), Mort Mills (Granjero), Carolyn Conwell (mujer del granjero), Arthur Gould-Porter (Freddy, el librero), Gloria Gorvin (Fräulein Mann), Robert Boon (Profesor Winkelmann), Peter Bourne (Profesor Olaf Hengström), Linda Carol (bailarina), Rico Cattani (Heinrich, conductor autobús), Andrea Darvi (Gretl Koska), Maurice Doner (Hugo). GuióN. Brian Moore. Música: John Addison. Fotografía: John F. Warren. Universal Pictures. Duración: 128 minutos. Intriga | Espionaje. Guerra Fría

Después de Marnie, la ladrona, Cortina rasgada es la última película de Alfred Hitchcock protagonizada por grandes estrellas. Tanto Topaz (1969), como Frenesí (1972) y La trama (1976), que cierra su filmografía, están protagonizados por actores muy poco conocidos en la industria del cine.
Además Cortina rasgada y Topaz tuvieron mucho jarabe de palo por mostrar de forma negativa países marxistas como Berlín Oriental en el primer título y la Cuba castrista en el segundo. Ya es sabido la gran simpatía que esos regímenes tenían ente muchos profesionales de la crítica española, francesa y la de otros países occidentales. Una simpatía un tanto desmedida que contrarresta la propaganda oficial en la que se daba una visión apocalíptica, igualmente irreal, de estos países que si bien no eran ningún paraíso tampoco eran el infierno con diablos armados de tridentes.
Ambas películas fueron masacradas de forma virulenta, pero pasados los años y tras caer el Muro de Berlín se han visto revalorizadas por parte de los nuevos críticos o bien de los anteriores que han cambiado radicalmente de opinión al respecto si es que alguna vez han tenido opinión sobre dicho sistema político.
Cortina rasgada tiene dos protagonistas inusuales en Alfred Hitchcock, el rebelde Paul Newman que tuvo malas palabras con el director inglés y Julie Andrews que estaba en la cúspide de la fama tras triunfar con Mary Poppins y Sonrisas y lágrimas. Considerada una actriz gélida y puritana, ya que los críticos de cine no habían visto sus interpretaciones teatrales en My Fair Lady y Camelot, la actriz sorprendió con una escena de cama con Paul Newman bastante tórrida y sensual rompiendo así su imagen ñoña si es que la tuvo alguno vez.
Este traspié de Hitchcock se recuperó en Frenesí,  su canto del cisne ya que La trama fue un pálido reflejo de su gloria. Pero como dijo algún crítico, Alfred Hitchcock tenía un listón muy alto que cuando rodaba películas menores que no eran obras maestras su calidad estaba muy por encima del cine que se estrenaba cotidianamente en las carteleras mundiales.
Es decir, Cortina rasgada es mediocre si se la compara con otros Hitchcocks que son auténticas obras maestras, pero es una gran película comparada con la mayoría de las películas estrenadas en 1966. El gran Alfredo nos había mal acostumbrados a un altísimo nivel de calidad que cuando ésta desciende nos sabe a poco.
Además incumple una de sus grandes máximas “Nunca ruedes una película ni con perros, ni con niños, ni con Charles Laugthon” porque se nos aparece en un hotel de Oslo con un niño sentado en el regazo.
Como suele suceder en su filmografía, el gran Hitchcock es algo tramposillo. Pero eso ya forma parte de su personalidad. Convierte el relato en una encerrona. Un falso espía, un falso traidor en las primeras secuencias.
En toda la trama, muy bien urdida, siempre con su proverbial astucia narrativa, sabe escamotear los puntos de interés para hacernos creer lo que no es y después descubrir sus trampas. Destaca sobre todo una secuencia espeluznante, el asesinato del agente Hermann Gromek en una granja. Una escena muy difícil de soportar por angustiosa y morbosa. Sin embargo Hitchcock le mete tejeretazo cuando Paul Newman, tras librarse del mismo, al regresar al hotel se encuentra con el hermano gemelo del finado provocándole una desagradable sorpresa. Un detalle de humor negro que alargaba la película y la tijera del editor la eliminó.
Si la imagen que el mago del suspenso ofrece sobre Alemania Oriental es exagerado y tendencioso, en cambio todo el suspenso está urdido con suma maestría. Su pulso no flaquea en ningún instante y sabe captar el interés del público sin despeinarse. Bueno, es un decir ya se sabe que su cabeza no tenía mucho pelo.
En fin, una encerrona del gran cineasta británico, rodada con su peculiar inteligencia y sentido del humor, que a pesar de tener un nivel inferior al acostumbrado sigue seduciendo y sigue   interesando. Un Hitchcock, aunque menor, es siempre un Hitchcock.

Salvador Sáinz