EL LIBRO NEGRO (2006)


EL LIBRO NEGRO. Título original: Zwartboek. Año 2006. País: Holanda. Director: Paul Verhoeven. Reparto: Carice van Houten (Rachel Stein, alias Ellis de Vries), Sebastian Koch (Ludwig Müntze), Thom Hoffman (Hans Akkermans), Halina Reijn (Ronnie), Waldemar Kobus (Günther Franken), Derek de Lint (Gerben Kuipers), Christian Berkel (el General Käutner), Dolf de Vries (el notario Wim Smaal), Peter Blok (Van Gein), Michiel Huisman (Rob), Ronald Armbrust (Tim Kuipers), Frank Lammers (Kees), Matthias Schoenaerts (Joop), Johnny de Mol (Theo), Xander Straat (Maarten), Diana Dobbelman (la Sra. Smaal), Skip Goeree (George, soldado canadiende). Guión: Paul Verhoeven y Gerard Soeteman; basado en un argumento de Gerard Soeteman. Música: Anne Dudley. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Coproducción Holanda-Alemania-GB. Producción: San Fu Maltha, Jens Meurer, Teun Hilte, Jos van der Linden, Frans van Gestel y Jeroen Beker. Duración: 145 minutos. Bélico. Drama. Thriller | II Guerra Mundial. Nazismo

Hay quien dice que Paul Verhoeven (n. Ámsterdam, 18 de julio de 1938) nunca debería haber abandonado Holanda para hacer las Américas, pero yo creo que algunas de las películas rodadas al otro lado del Atlántico sí tienen bastante calidad: RoboCop, Desafío total, Instinto básico. Sin embargo prefiero las rodadas en Europa que para mí son mucho mejor. El problema de muchos cineastas europeos radica en que nos encontramos con cinematografías intervenidas por el estado que pretenden utilizarlo con fines propagandísticos. Es algo así como ese cine español subvencionado que no se estrena, que no ve nadie, pero que el Estado se empeña en financiar porque creen que así obtienen “prestigio” cuando en realidad lo único que consiguen son salas vacías que acaban siendo pasto de las multinacionales.
En fin. A mí no me extraña que Paul Verhoeven acabara resentido con el cine de su país, muchos profesionales europeos tenemos los mismos sentimientos, pero al viajar a los Estados Unidos pasamos de un extremo a otro. De un cine pretencioso pensado para expulsar a los espectadores de las salas a un cine vacuo obsesionado por el mercantilismo.
Alejado de ambos extremos tenemos cineastas como Juan Antonio Bayona en España y en Holanda el mencionado cineasta autor de El libro negro, un thriller más que estimulante. Hay cineastas que interesan a los grandes públicos pero jamás desertan de ofrecer calidad y guiones interesantes.
Nos encontramos con un thriller ambientado en la Holanda ocupada por los nazis. Historias de traiciones y rapiña. En primer lugar Verhoeven trata de escapar del fácil maniqueísmo Desarrolla una historia de amor entre un mando nazi y una fugitiva judía. El guión resulta incómodo para todos porque El libro negro trata además de la traición. En ambos bandos hay traidores, gentes que venden a su país y se hacen pasar por amigos y por héroes.
Para muchos la guerra fue un suculento negocio, provocaban asesinatos de personas hasta entonces consideradas amigas para arrebatarles sus fortunas. Muchos enriquecimientos ilícitos tuvieron lugar gracias al caos provocado por la contienda. Mucho delincuente disfrazado de patriota.
Verhoeven además es explícito en las secuencias de sexo mostrado con total descaro. La protagonista judía se hace pasar por aria tiñéndose el pelo de rubio, incluyendo la zona púbica. Es muy típico del cine del autor de Robocop  las escenas que para algunos mojigatos son polémicas como el cruce de piernas de Sharon Stone en Instinto básico y la ducha compartida por hombres y mujeres en Starship Troopers (Las brigadas del espacio) sin olvidar la incomprendida Showgirls que recibió jarabe de palo cuando se estrenó.
En El libro negro destaca su escaso pudor a la hora de afrontar cualquier argumento, todo es directo y contundente. El guión, muy bien trazado, ofrece a lo largo de la proyección muchos giros buscos, muchas sorpresas que no voy a desvelar, manteniendo en vilo al espectador. Su realización es sólida y la actriz Carice van Houten lleva con autoridad todo el peso de la película sobre sus hombros. Es una actriz de raza, con gran carácter que se merecería mayor reconocimiento.
Es lo que me gusta de cineastas europeos que siempre arriesgan más en sus proyectos. Siempre van más lejos y rara vez se quedan en la superficie. Ofrecen argumentos sólidos, personajes bien trazados y creíbles, no un ejercicio de piruetas y fuegos de artificio. Compárese el Desafio Total de Verhoeven, años luz superior a su remake de Len Wiseman en 2012, insípido juego pirotécnico realizado con corrección pero sin alma.
El libro negro sabe mantener la atención pese a su alargado metraje sin recurrir a los artificios, sólo un guión muy bien desarrollado y la eficiencia de sus intérpretes.

Salvador Sáinz