LOS COMPAÑEROS (1970)


SERGIO CORBUCCI


LOS COMPAÑEROS. Título original: Vamos a matar, compañeros. Año 1970. País: España e Italia. Director: Sergio Corbucci. Reparto: Franco Nero, Tomas Milian, Jack Palance, Fernando Rey, Iris Berben, José Bódalo, Eduardo Fajardo, Karin Schubert, Gino Pernice, Victor Israel, Gerard Tichy, Alvaro de Luna. Guión: Sergio Corbucci, Massimo De Rita, Fritz Ebert, José Frade, Arduino Maiuri. Música: Ennio Morricone. Fotografía: Alejandro Ulloa. Coproducción Italia-España; Atlántida Films / Terra-Filmkunst / Tritone Cinematografica. Duración: 118 minutos. Western. Comedia | Spaghetti Western

Sergio Corbucci (Roma, Italia, 6 de diciembre de 1927 – Roma, Italia, 1 de diciembre de 1990) es un director italiano que tocó todos los géneros pero el western mediterráneo es el que le dio mayor fama: Django (1966), Los despiadados (1967), Navajo Joe. (1967), Salario para matar (1967),  El gran Silencio (1967), ¡Qué nos importa la revolución! (1972). Cuando el género o subgénero comenzó a decaer continuó trabajando en filmes menores hasta su fallecimiento.
De los tres Sergios del western italiano (Leone, Sollima, Corbucci) mi preferido es precisamente Corbucci, autor de El gran silencio que para muchos es su obra maestra. Recientemente el afamado Quentin Tarantino ha estrenado Django desencadenado, un western homenaje al gran maestro italiano, un hecho insólito que un cineasta norteamericano rinda honores a un colega “extranjero” dado el chovinismo de este país. De todas formas bienvenido sea.
Las películas de Corbucci, rodadas en Almeria con actores italianos y españoles siempre son agradables de ver aunque la música del mitificado Ennio Morricone es demasiado chirriante para mi gusto y algunas escenas de acción son excesivamente exageradas.
Pero el toque Corbucci sabe darles un toque de humor especial, ese compadreo y esa rivalidad entre Franco Nero (un actor generalmente inexpresivo, pero que brilla en las películas del maestro italiano) y Tomas Milian que como actor es el polo opuesto a Nero. Milian de origen cubano es un auténtico histrión que mal llevado cae en lo grotesco.
Así, Corbucci saca partido de dos figuras interpretativas que son la noche y el día, a uno le debe estimular y al otro le debe frenar.
Los actores españoles suelen estar bien en estos westerns, José Bódalo está divertido como un malvado bandido mexicano. Un papel distinto al que solía interpretar en teatro, cine y televisión.  Jack Palance, otro gran histrión, está asimismo genial en sus papeles de villano.
Corbucci centra la trama en una revolución mexicana. Presenta una dictadura opresiva, asfixiante, brutal. Un bandido que intenta sacar provecho de ella para enriquecerse y un mercenario en busca de vil metal que acaba enrolado en una revolución a la que es ajeno.
Los personajes son algo tópicos, predecibles para quien ve mucho cine que enseguida intuye toda la trama y sus diferentes vicisitudes porque las situaciones se han repetido en numerosas películas, por ejemplo Veracruz.
Pero la puesta en escena de Corbucci, pese a sus exageraciones (Franco Nero liquida sólo un destacamento de soldados regulares), presente un trasfondo realista. Una sociedad hundida en la miseria. Los bandidos son incultos, toscos y pardillos. Los protagonistas no son héroes, son un par de truhanes ávidos de riquezas materiales que no luchan por ideales nobles aunque éstos acaban por arrastrarles según los tópicos del género.
Algunos elementos de Los compañeros parecen calcados de Django, por ejemplo el personaje de José Bodalo, y la producción es bastante onerosa para esta clase de cine. Corbucci jamás tuvo los presupuestos y la relevancia de Sergio Leone. Se convirtió posteriormente en cineasta de culto pero la crítica le despreciaba sistemáticamente quedando como un artesano honesto, ingenioso y simpático. Sin embargo yo a estos adjetivos le añadiría el de entrañable. Corbucci fue un buen narrador, un cineasta que jamás aburría y cuya realización te atrapa sin ningún esfuerzo. Por eso le considero un nombre a reivindicar.

Salvador Sáinz