LOS CABALLEROS DEL REY ARTURO (1953)


LOS CABALLEROS DEL REY ARTURO. Título original: Knights of the Round Table. Año: 1953. País: Reino Unido. Director: Richard Thorpe. Reparto: Robert Taylor (Lanzarote), Ava Gardner (Ginebra), Mel Ferrer (Rey Arturo), Anne Crawford (Morgana Le Fay), Stanley Baker (Modred), Felix Aylmer (Merlin), Maureen Swanson (Elena), Gabriel Woolf (Percival), Anthony Forwood (Gareth), Robert Urquhart (Gawaine), Niall MacGinnis (El Caballero Verde), Ann Hanslip (Nan), Jill Clifford (Bronwyn), Stephen Vercoe (Agravaine), Desmond Llewelyn (Un heraldo). Guión: Noel Langley, Talbot Jennings, Jan Lustig (Novela: Thomas Malory). Música: Miklós Rózsa. Fotografía: Freddie Young & Stephen Dade. Metro-Goldwyn-Mayer British Studios. Duración: 115 minutos. Aventuras, Camelot, Edad Media. Capa y espada

Richard Thorpe fue un director de cine estadounidense. Nacido como Rollo Smolt Thorpe en Kansas, 24 de febrero de 1896, comenzó su carrera en el entretenimiento actuando en vodevil y en obras de teatro. Falleció el  1 de mayo de 1991 en Palm Springs. Fue padre del también director Jerry Thorpe.
Fue un director todoterreno  que trabajó preferentemente para la Metro-Goldwyn-Mayer, en la presente cinta en su filial británica con decorados en los estudios de Pinewood y la Metro inglesa, además de Tintagel Castle, Tintagel, Dartmoor, Haytor Vale e Irlanda. Fue la primera película rodada en Cinemascope por la Metro británica y la segunda de una trilogía medieval rodada por Richard Thorpe y Robert Taylor junto a Ivanhoe (1952) y Aventuras de Quintin Durward (1955).
Aunque Thorpe no era ningún genio ni pretendía serlo, sí era un más que eficiente artesano que sabía rodar todas sus películas con eficacia y sin que tuvieran puntos muertos que provocaran el sopor del público. Por eso su filmografía es extensa, rodó 186 títulos sin despeinarse siquiera.
En Los caballeros del rey Arturo nos podemos congratular porque es una de las raras versiones en que la famosa leyenda no está contada con decorados extraños o ubicando su acción en otras épocas. Nos encontramos con una Edad Media clásica, y una visión clásica de la leyenda pero ya se sabe que los estadounidenses (aunque la producción es oficialmente británica el dinero es hollywoodense) siempre quieren dar la nota y realizan algunas modificaciones como convertir a Mordred en un simple enemigo del rey Arturo y no en su hijo natural. Por otra parte pasa de puntillas en la relación entre Ginebra y Lanzarote que desencadena el final de la Mesa Redonda y del proyecto del Rey Arturo.  
Pero convencionalismos aparte, la película tiene mucho encanto. Es curioso que no sea famosa en la Historia del Cine. Hay otras adaptaciones mejores de la Edad Media (El Cid, El Señor de la Guerra) pero no importa, pero se trata de una adaptación brillante con un reparto fenomenal. El rodaje en exteriores naturales en Irlanda e Inglaterra añade mayor verismo en la ambientación. El cartón piedra hollywoodense canta demasiado,  generalmente suena a falso y hace perder credibilidad.
Se le podría reprochar que se concentra más en las aventuras que en los ideales artúricos, basados libremente en la novela La muerte de Arturo de Thomas Mallory, y que se ignoran los aspectos mágicos de la Dama del Lago. Pero está claro que la Metro ha preferido rodar una película suave, familiar, destinada a todos los públicos más que embarcarse en una producción más ambiciosa.
En aquellos años salió una ley en Reino Unido que no permitía a las empresas extranjeras sacar el dinero de dicho estado, por lo que la Metro y otras productoras decidieron crear filiales británicas que producían películas que sí podían distribuir alrededor del mundo recuperando así sus beneficios reinvirtiendo en producciones locales.  Una medida muy inteligente.  

Salvador Sáinz