EL CÁLIZ DE PLATA (1954)


EL CÁLIZ DE PLATA. Título original: The Silver Chalice. Año 1954. País: Estados Unidos.Director: Victor Saville. Reparto: Paul Newman, Virginia Mayo, Pier Angeli, Jack Palance, Lorne Greene, Natalie Wood, Joseph Wiseman, E.G. Marshall, Walter Hampden, Alexander Scourby, David J. Stewart, Herbert Rudley, Jacques Aubuchon. Guión: Lesser Samuels (Argumento basado en la novela de Thomas B. Costain). Música: Franz Waxman. Fotografía: William V. Skall. Warner Bros. Pictures. Duración: 142 minutos. Drama, Antigua Roma

Esta película suele citarse en las historias de cine porqué en ella debutó el famoso actor Paul Newman, iniciando una de las carreras más fructíferas de la historia del cine. Curiosamente aparece también Natalie Wood cuando era una niña con una extraña peluca rubia porque representa el mismo papel de Virginia Mayo, entonces actriz de moda, cuando era una adolescente.
Todo lo demás carece de interés porque los decorados minimalistas y la pobre ambientación impiden que nos creamos la historia que nos cuentan, el cáliz de plata que adorna la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena y la aparición, encarnado por Jack Palance, de un personaje muy raro de ver en pantalla, Simón el Mago, llamado también Simón de Gitta. Un líder religioso samaritano mencionado en la literatura cristiana primitiva de quien se  encuentran referencias en los Hechos de los Apóstoles (Hechos 8:9-24), en las obras patrísticas de Justino Mártir, Ireneo de Lyon e Hipólito, en los Hechos apócrifos de Pedro y en la llamada "literatura clementina".
Simón el Mago intentó comprar a San Pedro la facultad de crear milagros, lo que éste indignado rechazó, dando lugar al término “simonía” que se refiere al hecho de intentar comprar o vender objetos religiosos de las iglesias. Muy rara vez se ha llevado al cine este personaje, sin embargo recuerdo un programa de televisión a finales de los sesenta en la que apareció interpretado por el gran Narciso Ibáñez Menta y que en la actualidad ha caído en el olvido.
Tal como he apuntado más arriba, esta película carece de interés porque la dirección artística naufraga por absurda. Además el argumento carece de lógica. Por eso puede considerarse un sonado fiasco, Paul Newman nunca más rodó péplums y no me extraña nada vistos los pobres resultados de la presente cinta de Victor Saville.

Salvador Sáinz