JUANA LA LOCA (2001)


JUANA LA LOCA. Año 2001. País: España. Director: Vicente Aranda. Reparto: Pilar López de Ayala (Juana de Castilla), Daniele Liotti (Felipe de Habsburgo - doblaje de Guillermo Romero), Manuela Arcuri (Aixa/Beatriz),
Eloy Azorín (Álvaro de Estúñiga), Giuliano Gemma (Señor. de Veyre), Roberto Álvarez (Almirante de Castilla), Rosana Pastor (Elvira), Guillermo Toledo (Capitán Corrales), Susi Sánchez (Isabel la Católica), Chema de Miguel (Juan Manuel, señor de Belmonte), Andrés Lima (Diego López de Pacheco, marqués de Villena),Cipriano Lodosa (Marliano),Carolina Bona (Inés),Héctor Colomé (Fernando el Católico),Jorge Monje (Hernán),Sol Abad (Mucama),Fernández Abilio (voz de narración). Guión: Vicente Aranda & Antonio Larreta. Música: José Nieto. Fotografía: Paco Femenía. Enrique Cerezo P.C. Duración 108 minutos.

Juana I de Castilla, más conocida como Juana la Loca (Toledo, 6 de noviembre de 1479 – Tordesillas, 12 de abril de 1555), fue la desafortunada reina de Castilla de 1504 a 1555 si bien desde 1506 no ejerció ningún poder efectivo y a partir de 1509 vivió encerrada en Tordesillas primero por orden de su padre Fernando el Católico y después por orden de su hijo el emperador Carlos V. Fue primero infanta de Castilla y Aragón, luego archiduquesa de Austria, duquesa de Borgoña y Brabante y condesa de Flandes. Finalmente, reina propietaria de Castilla, de León, de Galicia, de Granada, de Sevilla, de Murcia, de Jaén, de Gibraltar, de las Islas Canarias y de las Indias Occidentales (1504 – 1555), de Navarra (1515 – 1555) y de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Nápoles y Sicilia (1516 – 1555), además de otros títulos como condesa de Barcelona y señora de Vizcaya, títulos heredados tras la muerte de sus padres, con lo que, al convertirse el 25 de enero de 1516 en la primera reina (junto con su hijo Carlos I) de las coronas que conformaron la actual España, unió estas definitivamente.


Los desafortunados amores de la reina Juana I de Castilla con Felipe I “El hermoso” siempre han dado pie a una aureola romántica y a dramas desaforados como Locura de amor, obra teatral de Manuel Tamayo y Baus que fue llevada al cine  en 1909 por Alberto Marro y Ricardo de Baños y ya sonora en 1948 por Juan de Orduña en la que la gran histrionisa Aurora Bautista se desgañitaba a placer sobreactuando hasta quedar exhausta. Mención aparte está la parodia Juana La Loca… de vez en cuando (1983) con Beatriz Elorrieta,  caracterizada por el pésimo gusto del producto José Frade.
Vicente Aranda se sintió interesado por el tema y a principios del presente siglo rodo la película que nos ocupa, esta vez la novata Pilar López de Ayala corrió con el papel obteniendo el Goya a la mejor actriz y la Concha de Plata del Festival de San Sebastián por los mismos conceptos. De hecho es el entusiasmo de la actriz quien salva la película del tedio porque a la realización le falta fuerza. Cae en el error inverso de Juan de Orduña que caía en la más completa estridencia, Aranda es demasiado frío para aborda cualquier clase de empresa. Su erotomanía hace acto de presencia como va siendo habitual en su filmografía.
La producción es de envergadura, los gastos presupuestarios han sido onerosos. Aranda siempre ha sido uno de los cineastas predilectos por la endogámica industria cinematográfica española, sobre todo a la hora de los apoyos ministeriales  mediante subvenciones.
Sin embargo su cine promete más de lo que da. Nunca llegó a convertirse en un prestigioso creador como Luis Buñuel o Carlos Saura sino en un narrador más bien plano aquejado de efectismos gratuitos.  
Empero Juana la Loca es mucho mejor que otros trabajos, al menos se ve con interés y no resulta molesta.  Pero le falta pasión, fuerza y contundencia. Todo es demasiado suave. Breves apuntes se insinúan pero no se desarrollan. Por ejemplo el reinado de Felipe el Hermoso repartiendo cargos entre nobles flamencos que se enriquecieron lo que pudieron a costa de la Corona de Castilla y entre sus aliados nos encontramos el Duque de Villena de la época, es decir otro Pacheco hijo del que aparece en la serie Isabel de TVE.
La película en manos más diestras hubiera ofrecido un título más interesante, pero la presente se queda en discreta. Juana I estaba loca o su locura fue inventada para apartarla de la Corona y recluirla en Tordesillas. Es sorprendente que la reina Isabel que nunca quiso casarse a la fuerza por intereses de estado casó a sus hijos de esa forma destruyendo su felicidad. Juana con el flamenco Felipe de Habsburgo y Catalina con Enrique Tudor de Inglaterra. Ambas fueron muy desdichadas en sus respectivos matrimonios y han dado pie a una serie de dramas románticos más o menos exitosos.
Aquella época es interesante para llevar al cine, pero los comuneros y el cardenal Cisneros aún esperan turno para ser presentados a las grandes pantallas. Por lo visto los únicos monarcas que interesan son los grandes sementales que fueron Enrique VIII y Felipe El Hermoso porque despiertan el morbo de los públicos actuales.

Salvador Sáinz