ATILA, REY DE LOS HUNOS (1954)


ATILA, REY DE LOS HUNOS. Título original: Sign of the Pagan. Año 1954. País: Estados Unidos. Director: Douglas Sirk. Reparto: Jack Palance (Atila), Rita Gam (Kubra),Jeff Chandler (Marcian), Ludmilla Tchérina (Princesa Pulcheria), Jeff Morrow (General Paulinus), George Dolenz (Emperador Theodosius), Eduard Franz (Astrólogo), Allison Hayes (Ildico), Alexander Scourby (Chrysaphius), Howard Petrie (Gundahar), Michael Ansara (Edecon), Leo Gordon (Bleda), Moroni Olsen (Papa León I), Fred Nurney (Chambelan), Sara Shane (Myra), Pat Hogan (Sangiban), Robert Bice (Chilothe), Charles Horvath (Olt), Glenn Thompson (Seyte), Chuck Roberson (Mirrai), Walter Coy (Emperador Valentinian), Rusty Wescoatt (Tula), Norbert Schiller (Seer). Guión: Barré Lyndon & Oscar Brodney. Música: Frank Skinner & Hans J. Salter. Fotografía: Russell Metty. Universal International Pictures. Duración: 92 minutos. Aventuras, Biográfico. Antigua Roma

Atila es uno de los personajes preferidos del péplum, aunque la época predilecta de los cineastas sea la de Julio César hasta Nerón, con leyes apariciones de Cómodo y Marco Aurelio. Pero ¿quién era ese gran enemigo de Roma apopado “El azote de Dios”? Atila (llanuras danubianas, c. 395 - Valle de Tisza, 453) fue el último y más poderoso caudillo de los hunos, tribu procedente probablemente de Asia, aunque sus orígenes exactos son desconocidos.
No hay demasiada información sobre dicho personaje pero los historiadores argumentan que sus fuentes son escritos que nos han legado sus enemigos por lo que siempre hay que ser precavidos en su credibilidad.
Se nos muestra como un ser depravado, violento, salvaje. Fue un enemigo de Roma como lo fueron Espartaco, Corocota, Viriato o la misma Boudica que también reunieron relatos crueles por parte de quienes les odiaban o no simpatizaban con sus respectivas causas. Se suele hacer hincapié en un encuentro con el Papa León I que ha dado pie a numerosas leyendas e hipótesis.
Pero ¿dónde está la verdad y dónde la mentira? Pero de todos modos ha interesado a los cineastas. En 1918 se estrenó Atila  Interpretado por Febo Mar, naturalmente era una cinta muda. La segunda es la que nos ocupa,  Hombre o demonio (1954) Interpretado por Anthony Quinn es la tercera. En el 2001 fue Gerard Butler para televisión quien nos ofreció una imagen menos violenta del personaje en cuestión.
Douglas Sirk, de nacimiento Claus Detlef Sierck (26 de abril, 1900, Hamburgo, Imperio Alemán - 14 de enero, 1987, Lugano, Suiza) fue un cineasta alemán que se vio obligado a huir en 1937 para terminar convertido en un director hollywoodense.  

El grueso de su carrera se ciñe al género del melodrama en donde se convirtió en un experto pero también tocó otros géneros como el épico en la producción nada desdeñable que nos ocupa. El papel del bárbaro Atila se lo encomendó a Jack Palance (Municipio de Hazle, Pensilvania, Estados Unidos, 18 de febrero de 19201 - Montecito, California, Estados Unidos, 10 de noviembre de 2006), actor de carácter de sobrada solvencia especializado en papeles de malvado y duro, aunque “malas lenguas” afirmaban que en realidad Palance era un trozo de pan bendito contradiciendo su imagen pública reflejada en las pantallas. Pánico en las calles (1950), de Elia Kazan y Raíces profundas (1953), de George Stevens le lanzaron a la fama en tales menesteres.
Parecía el actor idóneo para interpretar al villano por excelencia del péplum, y a decir verdad hay que reconocer que Palance borda el personaje. Es uno de esos casos en que un actor llega a identificarse de tal manera que ambos quedan mutuamente identificados.
La realidad histórica, sobretodo viniendo de Hollywood, es ya harina de otro costal. Mejor correr un tupido velo sobre este asunto y centrarnos en la obra en sí en la que Douglas Sirk pretende darnos libre por gato y no al revés como va siendo habitual.
Sirk se muestra irónico con la trama. Unos guerreros extremadamente feroces, crueles, poderosos tienen como punto débil su ignorancia y su superstición. No olvidemos que el director fue un fugitivo de la Alemania Nazi con unos personajes siniestros que se creían el amo del mundo y en realidad creían en las cosas más absurdas.
En una delirante secuencia los caudillos bárbaros se reúnen para atacar Roma y muchos desisten porque tienen miedos de ciertos poemas y antiguas canciones que les auguran toda clase de desastres. Sus brazos fuertes se ven contrarrestados con sus mentes débiles  en las que se creen las patrañas más absurdas y ridículas.
El personaje central, el bárbaro Atila, presenta muchas contradicciones ideológicas. Nos es mostrado como un ser confuso y crédulo que basa su conocimiento en las banales predicciones de un astrólogo como hizo siglos después Adolf Hitler en Alemania.
En definitiva un péplum nada desdeñable que merece ser visto y sobretodo disfrutar la labor histriónica del gran Jack Palance que vive su personaje hasta el límite y se entrega con todo su ser para hacerlo creíble. Sólo por verle en acción vale la pena visionar la película.

Salvador Sáinz