LA CULPA FUE DE EVA (1959)

¿Alguien sabe quien diablos fue el Príncipe Antonio Focas Flavio Angelo Ducas Comneno De Curtis di Bisanzio Gagliardi Antonio De Curtis (Nápoles, 15 de febrero de 1898 – Roma, 15 de abril de 1967)? Pues es el verdadero nombre de un cómico italiano llamado para el mundo artístico simplemente Totó. Muy popular en su tiempo pero prácticamente olvidado en la actualidad.
Rodó muchas películas pero actualmente se recuerdan algunas pocas como el famoso Rufufú de Mario Monicelli, las que rodó con Pasolini y pocas más. En Francia era doblado nada más y nada menos que por el entonces desconocido Louis de Funès quienes coincidieron en esta pequeña película rodada en Madrid, Siempre Eva, con el protagonismo de Abbe Lane, la entonces afamada cantante de la orquesta de Xavier Cugat.
Curiosamente este filme se vende en un DVD con una foto de Louis De Funès en la portada y se ignoran los nombres del resto del reparto como si no fueran absolutamente nadie lo cual demuestra la falta de cultura no sólo cinematográfica de sus editores.
Abbe Lane (nacida el 14 de diciembre de 1932 en  Brooklyn, New York City), una actriz y cantante estadounidense más conocida por ser la esposa de Xavier Cugat entre 1952 y 1964 en aquel tiempo lo que le sirvió para rodar alguna película como Susana y yo (1957),  en la que un hombre y una mujer intercambian sus personalidades.
La culpa fue de Eva trata de una estafa, la de vender falsos cuadros de Goya como La maja en camisón y otras rarezas engañando a un marchante de arte que trabaja en el Museo del Prado (Louis De Funès). El humor es muy simplón y bastante tonto.
Se trata de una película rodada con escasos medios que generalmente iban destinadas a ser proyectadas como complemento en programas doble de la época, lo que en argot llamábamos “la mala”. Su gracia es muy primaria.
Su director es Stefano Vanzina, más conocido como Steno, que ha rodado comedias mejores que ésta como por ejemplo Agárrame ese vampiro con Renato Rascel y Christopher Lee. Tal vez la falta de medios le limitó mucho y el acabado final es bastante deficiente. Una película que se salva por el oficio de sus cómicos protagonistas. Sin ellos esta cinta no se podría ni mirar.

Salvador Sáinz