MALENA (2000)


MALENA. Título original: Malèna. Año 2000. País: Italia. Director: Giuseppe Tornatore. Reparto: Monica Bellucci (Malèna Scordia), Giuseppe Sulfaro (Renato Amoroso), Luciano Federico (Padre de Renato), Matilde Piana (Madre de Renato), Pietro Notarianni (Profesor Bonsignore), Gaetano Aronica (Nino Scordia), Gilberto Idonea (Abogado Centorbi), Angelo Pellegrino (secretario político), Gabriella Di Luzio (mantenida del barón), Pippo Provvidenti (Doctor Cusimano), Maria Terranova (esposa del doctor Cusimano), Marcello Catalano (teniente Cadel), Elisa Morucci (Lupetta). Guión: Giuseppe Tornatore (Historia: Luciano Vincenzoni). Música: Ennio Morricone. Fotografía: Lajos Koltai. Miramax Films / Medusa Film. Duración: 84 minutos versión cortada, 109 versión integra.. Drama. Comedia. Romance


El cine italiano a lo largo de la historia se ha distinguido por dos cosas, una el realismo con que trata sus diversos temas, y, segundo, las estrellas más bellas que aparecían en sus producciones. En este caso nos encontramos con Monica Bellucci, un bellezón que entusiasma a muchos fans alrededor del mundo, y en este filme de Giuseppe Tornatore convertido en la obsesión de un adolescente que despierta a la sexualidad y comienza a tener sentimientos que para él son novedosos al sentirse atraído hacia Malena, una bella joven hija de un profesor sordo como una tapia y cuyo marido desaparece en la segunda guerra mundial.
La película tiene pues dos lectoras básicas. Una el retrato de la Italia fascista o mejor dicho la Italia camaleónica. La Italia de la gente que sigue la corriente al poder. Mandan los fascistas todos fascistas, mandan los demócratas todos demócratas. Muy típico de los países latinos como España por ejemplo en cambiarse de chaqueta según sopla el viento.
El discurso central de Malena empero gira alrededor de la sensualidad de una mujer a la que todos odian, envidian y en según qué casos desean. Cada vez que aparece Monica Bellucci paseándose por las calles de un pueblecito siciliano con la melena ondulando según sopla el viento las plateas se encienden.
Bellucci es toda la película, es su eje central, su alma. La mirada perdida de un adolescente que empieza a comprender el significado de la palabra “atracción”, que se siente fascinado ante esta mujer a la que todos envidian y en consecuencia odian pero que nadie se esfuerza en comprender. El adolescente vive sus fantasías, cree que es el héroe del cine, un Tarzán en busca de su Jane o un gladiador romano.
El cine italiano siempre ha sabido abordar el tema del subdesarrollo con gran tino. Ese pueblo que recibe alborozado la noticia de que Italia entra en guerra, que manda a sus hijos a morir al frente, y que una vez derrotados acogen con júbilo a los vencedores y humillan a quienes siguieron a sus antiguos ídolos.
Una Italia con gente que habla haciendo toda clase de aspavientos, de mujeres de negro que miran por las ventanas el sensual paso de la joven llenándola de improperios y maldades. Una Italia hija del atraso cultural indigno de un país europeo.
Giuseppe Tornatore sabe cómo retratar ambientes rurales un tanto esperpénticos, algo que siempre he notado a faltar en el cine español (José Luis García Berlanga era una excepción), y una visión crítica de la realidad que le tocó y le toca vivir.

Salvador Sáinz