VERACRUZ (1954)


VERACRUZ. Título original: Vera Cruz. Año: 1954. País: Estados Unidos. Director: Robert Aldrich.Reparto: Gary Cooper (Benjamin Trane), Burt Lancaster (Joe Erin), Sara Montiel (Nina), Denise Darcel (Condesa Marie Duvarre), Cesar Romero (Marqués Henri de Labordere), George Macready (Emperador Maximilliano), Jack Elam (Tex), Ernest Borgnine (Donnegan), Henry Brandon (Capt. Danette), Charles Bronson (Pittsburgh), Guión: Roland Kibbee & James R. Webb (Historia: Borden Chase). Música: Hugo Friedhofer. Fotografía: Ernest Laszlo. Hecht-Lancaster Productions - United Artists. Duración: 94 minutos. Western | Revolución Mexicana

Hay películas que tratan de leyendas pero también las hay que se convierten en sí mismo en leyenda. Veracruz es una de ellas. Un maduro Gary Cooper, en la plenitud de su gloria, frente a un juvenil Burt Lancaster, acróbata de ostentosa sonrisa. En medio nos encontramos a Sara Montiel, antes de que el cine español la estropeara convirtiéndola en estrella.
Es posible que sin este reparto la película de Robert Aldrich ya habría caído en el olvido, sería un western más, desarrollado de forma simpática y agradable pero superficial, carente de relieve.
No obstante los dos caballeros que la protagonizan la convierten en leyenda, leyenda adherente al gran talento que tuvo Gary Cooper, a su carisma y a esa imagen de caballero sudista que perdió la guerra, pero no la dignidad.
Burt Lancaster, en funciones de productor, aparece algo más desmadrado que de costumbre. Un pistolero zarrapastroso e impresentable de burda sonrisa. Se nota una cierta ambición. Unos pistoleros acuden al viejo México de Maximiliano, el emperador títere, un inútil al que el poder le viene grande que es cabeza visible de un poder opresivo, cruel e injusto.
La revolución juarista es el telón de fondo. Los americanos cambiarán de bando muy oportunamente. Un caballero, aunque sea sudista, no puede defender un gobierno de tiranos olvidándose que su viejo y olvidado sur era un sistema económico apoyado en la esclavitud. ¡Esos guionistas hollywoodenses!
Todo funciona a la perfección, la espléndida fotografía de Ernest Laszlo y la sensacional banda sonora de Hugo Friedhofer sobretodo. Y para postre Sara Montiel en la cúspide de su belleza.  

Salvador Sáinz