ESCALOFRIO (1977)


ESCALOFRIO. Año: 1977. País: España. Directores: Carlos Puerto y Juan Piquer. Reparto: Sandra Alberti (Berta), Ángel Aranda (Bruno), Mariana Karr (Ana), José María Guillén (Andres), Manuel Pereiro, Luis Barboo (Guarda), José Pagán (Médico), Isidro Luengo (Vecino), Ascensión Moreno (Vecina), Carlos Castellano (Mendigo), Fernando Jiménez del Oso (él mismo), Óscar Simón (Frayle), Juan Piquer Simón. Guión: Carlos Puerto. Música: Librado Pastor. Fotografía: Andrés Berenguer. Almena Films / Cinevisión. Duración: 83 minutos. Terror, Erótico

Escalofrío apareció en su justo momento. El dictador había fallecido dos años del rodaje y la censura franquista se tambaleaba y nuevos aires más liberales arrasaban en taquilla. Si ha pasado a la histona dicha película fue por una secuencia, la del aquelarre, en la que una pareja satanista (Angel Aranda y nuestra amada Sandra Alberti) incita a otra a una especie de miniorgía, un menaje a cuatro que en aquel tiempo escandalizaba al respetable púlico que abarrotaba las salas en donde se proyectaba cine español y no como ahora en que las multisalas están desérticas cuando programan cine patrio.
Nos encontramos ante una cinta que mezcla dos géneros, el erótico y el terror. En el aspecto erótico tenemos la secuencia del aquelarre que hemos visto fotografiadas en numerosas antologías de erotismo en el cine y que Carlos Puerto resuelve con inusual elegancia. Planos cortos, bien filmados con una luz tenue, discreta.
El cine de terror español estaba ya en declive por la sencilla razón de que el cine patrio siempre se ha organizado por ciclos. Por ejemplo, triunfa Joselito, el niño cantante, con El pequeño ruiseñor y de repente te aparecen debajo de las piedras y como la setas decenas de productos similares con otros niños canores. Así el triunfo comercial de La noche de Walpurgis fue detonante del rodaje de decenas y decenas de películas del llamado cine fantástico español que apareció sobre todo a finales de la dictadura pero la muerte de Franco iba a provocar su pronta desaparición porque al abolirse la censura aparecieron los desnudos y el cine erótico alcanzó su cénit desplazando las películas de terror al olvido.
Escalofrío mezcla los dos géneros con inteligencia. Las primeras imágenes nos recuerdan aquel cine romántico que en aquel tiempo llamábamos lelouchista, haciendo referencia al filme francés Un hombre y una mujer de Claude Lelouch en la que los protagonistas deambulaban por las calles parisinas con planos cortos y música de dabadabada.
Pero enseguida vienen los misterios, la feliz parejita se encuentra a otra pareja más bien demoniaca y toda la trama siguiente está formada por misterios enigmáticos a cada cual más intrigante.
A pesar del tiempo transcurrido la película tiene su gracia, su encanto, su feeling. Además Sandra Alberti está que se sale en la gran tradición de las Scream Queens del cine anglosajón, nuestras admiradas Barbara Steele y Martine Beswick. Generalmente el fantástico español, machacado en su día y mitificado en la actualidad, no ha tenido la fuerza de su homólogo anglosajón por diversas razones como la endeblez de la industria española cinematográfica y, no nos engañemos, de la industria en general que está mal considerada.
El filme de Puerto se ve con mucho agrado, simpatía y le falta quizá una industria sólida detrás La carrera de Calos Puerto no fue muy larga ya que acabó de la golfería de nuestra cinematografía hasta el moño. En fin.

Salvador Sáinz