EL AMOR BRUJO (1967)


EL AMOR BRUJO. Año 1967. País: España. Director: Francisco Rovira-Beleta. Reparto: Antonio Gades (Antonio). La Polaca (Candelas). Rafael de Córdoba (Diego Sánchez). Morucha (Lucía). Nuria Torray (Soledad). José Manuel Martín (Lorenzo). Fernando Sánchez Polack (Padre de Candelas). Emilio Acosta, Chaqueta de Cádiz (Cantaor). Emilio de Diego (Guitarrista). José El Rumbero (Cantaor). Curra Hoyos (Bailaora). Camarón de la Isla (Guitarrista). Cristina Jiménez (Bailaora). José Ruiz de la Peña, José Luna 'El Tauro', Pepe Maya (Guitarrista). Niño de los Rizos (Guitarrista). Encarnación Sallago (Cantaor). Guión: José Manuel Caballero Bonald, José Antonio Medrano, Francisco Rovira Beleta (Obra: Manuel de Falla).Música: Ernesto Halffter, Narciso Yepes. Fotografía: Francisco Marín, Gábor Pogány. Exclusivas Floralva Producción / Films Rovira Beleta. Duración: 103 minutos. Drama, musical.

Manuel María de los Dolores Falla y Matheu (Cádiz, España, 23 de noviembre de 1876 - Alta Gracia, Argentina, 14 de noviembre de 1946) fue un compositor español. Representante del nacionalismo musical, es uno de los compositores españoles más importantes de la primera mitad del siglo XX, junto a Isaac Albéniz, Enrique Granados, Joaquín Turina y Joaquín Rodrigo.
En 1925, Falla transformó la primera versión de El amor brujo en un ballet para orquesta sinfónica en una de sus obras más importantes, con tres canciones cortas para mezzo-soprano. Con este formato, El amor brujo triunfó como otras muchas obras de Falla. El libreto fue escrito por Gregorio Martínez Sierra en dialecto andaluz, si bien se ha llegado a poner en duda su autoría, en favor de su mujer, María de la O Lejárraga García, feminista apasionada que publicó obras bajo el nombre de su marido. La música contiene momentos de gran belleza y originalidad, e incluye las famosas Danza ritual del fuego, la Canción del fuego fatuo y Danza del terror. Una historia de hechizos, de brujería, donde el espectro del amante muerto de Candela se le aparece celoso ante sus amores con Carmelo.

El espectacular éxito de Los tarantos, filme dirigido por Francisco Rovira Beleta estrenada en 1963 con Antonio Gades y la mítica Carmen Amaya en el reparto tuvo sus consecuencias y una de ellas fue el rodaje de este filme con las mismas características. De nuevo el malogrado Antonio Gades (Antonio Esteve Ródenas ) junto a la malograda La Polaca (Josefa Cotillo Martínez ) y Morucha, ex niña prodigio a las órdenes de Ignacio F. Iquino (Las travesuras de Morucha), rodando en Cádiz. El tono no es tan trágico y el resultado no es parejo al filme precedente pero aún así Rovira Beleta dirige la película con muy buen pulso.
Destaca la utilización del también efímero Techniscope (Sistema que empleaba cámaras estándar y objetivos esféricos, utilizando dos perforaciones en vez de las cuatro habituales, con lo cual se conseguía un formato 2.35:1. No utilizaba lentes anamórficas. En el laboratorio, Technicolor añadía una compresión de 2:1. Con este sistema el coste del laboratorio aumentaba y los costes de película negativa se reducían a la mitad).  
Esta es la segunda de las tres versiones rodadas sobre esta pieza de Manuel de Falla, la primera en 1949 estaba dirigida por Antonio Román con Ana Esmeralda , Elena Barrios , Pastora Imperio y Manuel Dicenta , La segunda es la que nos ocupa y diecinueve años después se rodó una tercera versión dirigida por Carlos Saura, repitiendo Antonio Gades y La Polaca pero cambiando su relación por la de hermanos, con papeles protagonistas de Cristina Hoyos y nuestra adorada Laura del Sol.

Probablemente de las tres versiones rodadas hasta la fecha esta sea la más clásica, Rovira Beleta dirige con eficacia y buen pulso esta historia de amor ensombrecida por una relación del pasado. Un ser oscuro, ambiguo y misterioso que persigue a nuestra protagonista más allá de la tumba.
El realizador se decanta más por una explicación racional, al contrario de la versión de Saura (ya que la de Román aún no la he visto) en la que el antiguo amante vuelve de la tumba para empañar la historia de amor que es el eje central del filme.
La ambientación es un punto principal, Rovira Beleta retrata esa Andalucía tradicional con clanes gitanos que viven sus costumbres ancestrales generación en generación. Esa España visceral de charanga y pandereta que tanto horrorizaba a Antonio Machado, esa España de gentes bailando fandangos por las calles y que dedican sus horas al taconeo y la bulería.
Resulta curioso que la película fue considerada de interés especial por el Gobierno de Franco que regularmente prohibía las películas en las que un crimen no recibiera su correspondiente castigo. Algo que es muy contrario a toda su filosofía si es que la tuvieron alguna vez.
No nos encontramos ni el barroquismo de Antonio Román en la versión del año 1949 ni la fantasmagórica de Carlos Saura en 1986. Rovira Beleta busca la España eterna de las procesiones de semana santa, la supersticiones gitanas y las echadoras de cartas. La imagen de un país que vive a su modo, de espaldas al resto del mundo, encerrado en un subdesarrollo cultural y económico sin preocuparse de superar su situación.
Todo gira alrededor de una bonita historia de amor ensombrecida por un fantasma del pasado, pero el pulso de Rovira Beleta no era muy adecuado para el musical y las escenas de danza son demasiado austeras.
Brilla más en las escenas en las que retrata un pueblo, una cultura que vive en la miseria y no hace nada para superarla. Excelentes todos los actores así como el aspecto técnico que es impecable.

Salvador Sáinz