1, 2, 3... SPLASH (1984)


1, 2, 3... SPLASH. Título original: Splash. Año: 1984. País: Estados Unidos. Director: Ron Howard. Reparto: Tom Hanks (Allen Bauer), Daryl Hannah (Madison), Eugene Levy (Walter Kornbluth), John Candy (Freddie Bauer), Dody Goodman (Mrs. Stimler), Shecky Greene (Mr. Buyrite), Richard B. Shull (Dr. Ross), Bobby Di Cicco (Jerry), Howard Morris (Dr. Zidell), Tony DiBenedetto (Tim, el portero), Patrick Cronin (Michaelson), Charles Walker (El compañero de Michaelson), David Knell (Claude), Jeff Doucette (Junior), Royce D. Applegate (Buckwalter). Guión: Lowell Ganz, Babaloo Mandel, Bruce Jay Friedman. Música: Lee Holdridge. Fotografía: Donald Peterman. Touchstone Pictures. Duración: 111 minutos. Romance. Comedia. Fantástico. Comedia romántica

Ron Howard (Duncan, Oklahoma, 1 de marzo de 1954), actor y director ha dirigido muchos filmes de renombre, como Splash, Willow, Cocoon, Llamaradas (Backdraft), Apolo 13 (nominada a varios Premios de la Academia), A Beautiful Mind, por la cual ganó el Oscar por Mejor Director, y Cinderella Man. Sus dos últimos filmes fueron las adaptaciones cinematográficas de El Código Da Vinci y su secuela Ángeles y demonios, películas de gran polémica cultural y religiosa, protagonizadas por Tom Hanks, quien ha trabajado en varias producciones de Howard: Splash (1984), Apolo XIII (1995), El Código da Vinci (2006), Ángeles y Demonios (2009).

Esta pimpante comedia protagonizada por Daryl Christine Hannah (n. Chicago, Illinois; 3 de diciembre de 1960), conserva todo su encanto a pesar del gran progreso de la cinematografía en el campo de la técnica. Hannah, una de las más queridas musas de Diario de Cine, triunfó precisamente con este papel, el de una sirena de nombre indescriptible, llamada Madison para que la entendamos en nuestros idiomas y que vive una aventura romántica fuera del agua con un muchacho que años atrás salvó de perecer ahogado, Tom Hanks.
Su aparición desnuda frente a la Estatua de la Libertad es ya un icono en nuestra memoria cinéfila, en la que el tono amable, buen rollista domina a lo largo de todo su metraje.  

La película es cálida, tierna, elegante. Con buenos efectos cómicos, pero los más son románticos. Es una historia de amor fantástico, tal vez demasiado estadounidense, esa visita del Presidente de los Estados Unidos es demasiado gratuita, pero siempre impera el buen gusto en cada fotograma.
Una película que se ve sin esfuerzo, que te atrapa y te seduce. Va directa al corazón del espectador o espectadora,  más a éstas que a aquellos, por su tono dulzón pero sin caer en el excesivo almíbar.
El tiempo lo ha convertido en un clásico y en un título de esos que te acompañan a lo largo de tu vida.

Salvador Sáinz