LAS CHICAS DEL TANGA (1987)


LAS CHICAS DEL TANGA. Año: 1987. País: España. Director: Rosa Maria Almirall, Jesús Franco. Reparto: Lina Romay (Lola Clavijo), Analía Ivars (Patinadora), Antonio Mayans (Tony), Eva León (Marga), Muriel Montossé (Muriel), Juana Plaza, Juan Soler (Philip), José Llamas (Marqués de Pinohermoso), Agustín Gil (Juan de Antequera), Ramón Rodríguez (Ramón), Flavia Hervás (Gina), Vanessa De la Morena, Jesús Franco (voz de Angel), Ivana Mayans (Hermana de Gina). Guión: Jesús Franco. Música. Fernando García Morcillo. Fotografía: Juan Soler. Manacoa Films. Duración: 84 minutos. Comedia. Erótico

Las chicas del tanga pertenece al subgénero de películas de parejas iniciada con El día de los enamorados (1959) en la que se cuentan varias historias románticas al mismo tiempo. Sin embargo la mirada de Franco es desmitificadora y las parejas no serán tan idealizadas como en las sonrosadas propuestas de antaño.
Tenemos al gran Antonio Mayans en su papel de chuleta castigador de mujeres turistas sedientas de romances, compone su papel con mucha gracia, y Lina Romay parodiando a esas cutre famosas de las revistas.
Y como no, a nuestra musa entre las musas, Analia Ivars, luciendo tipo y habilidad de patinadora.
Nos encontramos ante un Franco distinto, no en vano firma Rosa María Almirall como directora, es decir Lina Romay. No vamos a entrar aquí en polémicas a causa de la autoría real de la película, que tiene el espíritu Franco aunque sea algo distinta en su contenido, mucho menos frikkie de lo habitual.
Lo más curioso es que parece una mirada desmitificadora del subgénero al que hemos aludido. Una visión más progresista de los emparejamientos que en el cine aludido suponía una apología del matrimonio cristiano. Jess y Lina naturalmente no comulgan con dichos planteamientos, no sólo por el tema de los desnudos sino por la mirada adulta de los fugaces amores veraniegos que se olvidan al llegar el otoño.
El estilo de realización es ágil y se ve sin esfuerzo. No estamos ante ninguna obra maestra de la Historia del Cine, pero sí ante una obrita menor simpática, ágil y espontánea que se ve con agrado e interés. A Franco se le podían reprochar muchas cosas menos que aburriera a su público,  su cine es divertido y gracioso con sus errores y sus aciertos. Al menos da lo que promete y jamás nos dio gato por libre.

Salvador Sáinz