LA HUELGA (1924)

En los nefastos tiempos actuales, nuestros no menos nefastos políticos se dedican a recortar nuestros derechos conseguidos con la sangre y la muerte de millones de personas que durante siglos han luchado por un mundo mejor.
La huelga fue el primer largometraje de Sergei M. Eisenstein, antes sólo había dirigido un corto titulado El diario de Glúmov (1923) que aún no he visto. Títulos que dieron comienzo de una de las filmografías más importantes de todos los tiempos. Una filmografía que bien merece su revisión sobretodo en tiempos actuales en que la dejadez, el acomodamiento, nos ha hundido en una crisis económica mundial que ha destruido trabajos, familias y hogares. Es necesario recordar los sacrificios que costaron nuestro tambaleante Estado del Bienestar.


LA HUELGA. Título Original: Stachka. País: Unión Soviética. Año: 1925. Género: Drama. Guión: Grigori Aleksandrov, Ilya Kravchunosvky, Sergei M. Eisenstein, Valeryan Pletnyov. Director: Sergei M. Eisenstein. Fotografía: Edouard Tisse con V. Popov y V. Khvatov. Producción: Boris Mikhin. Duración: 82 minutos. Intérpretes: Grigori Aleksandrov (Capataz), Aleksandr Antonov (Miembro del Comité de Huelga), Yudif Glizer (Reina de los ladrones), Mikhail Gomorov (Trabajador), I. Ivanov (Jefe de Policía), Ivan Klyukvin (Revolucionario), Anatoli Kuznetsov, M. Mamin, Maksim Shtraukh (Espía de la Policía), Vladimir Uralsky (como V. Uralsky), Vera Yanukova, Boris Yurtsev (Rey de los ladrones).

Hace cien años, precisamente en el 1912 tuvo lugar una huelga en la Rusia zarista.Las condiciones laborales eran muy duras y el descontento reinaba por doquier. Un obrero fue acusado de robo, al no poder demostrar su inocencia se ahorcó. La huelga se inició en busca de mejoras salariales pero todo acabó mal con la feroz represión de los cosacos zaristas que exterminaron a los huelguistas y a sus familias sembrando la tierra de cadáveres.
Este argumento, basado en hechos reales, se solía repetir en numerosas ocasiones en el resto del mundo y al parecer las nuevas generaciones lo han olvidado. Siempre se habla de la memoria histórica, pero por desgracia esta es utilizada por fuerzas partidistas en su propio beneficio.
La película de Eisenstein rodada en 1925 conserva toda su fuerza visual, su sentido del ritmo, incluso resulta más impactante que el cine moderno que a pesar del espectacular avance en efectos visuales suelen adolecer de argumentos nimios, planos y absurdos. Se puede alegar que La huelga, como casi todo el cine de Eisenstein, es pura propaganda soviética. Pero en realidad casi todo el cine cae en ese error. ¿cuántas películas nos hemos tragado con banderas estadounidenses, barras y estrellas, haciendo apología del llamado sistema americano?
Eisenstein nos presenta una situación que nos resulta incómoda pero que fue real hace cien años. Recordemos hace escasos meses el desalojo de los "indignados" en la plaza Catalunya de Barcelona, aplaudida en las tertulias de TV3 por la nefasta Pilar Rahola.
Las circunstancias son diferentes, la sociedad actual nada tiene que ve con la de cien años. Los mecanismos abiertamente represivos se han transformado en medios de alienación colectiva como el consumismo, el friquismo y la banalidad.
El estilo visual de Eisenstein todavía está vigente, su ritmo consigue atraparnos y transmitirnos la indignación por los hechos que nos muestra. Su sentido del montaje incluso actualmente sorprende pese a los avances técnicos cinematográficos. Un cine que aún está vigente y lo seguirá estando durane mucho tiempo. La sociedad ha evolucionado mucho, pero en lo esencial apenas ha cambiado. Todavía hay hechos que provocan nuestra irritación y rechazo. Todavía tenemos que recordar lo que costó conseguir nuestro actual bienestar que día a día estamos perdiendo y que probablemente jamás recuperaremos.

Salvador Sáinz