LAS MUÑECAS RUSAS (2005)


LAS MUÑECAS RUSAS. Título original: Les poupées russes. Año: 2005. País: Francia. Director: Cédric Klapisch. Reparto: Romain Duris (Xavier Rousseau), Kelly Reilly (Wendy), Audrey Tautou (Martine), Cécile de France (Isabelle), Kevin Bishop (William), Evguenia Obraztsova (Natacha), Irene Montalà (Neus), Gary Love (Edward), Lucy Gordon (Celia Shelburn), Aïssa Maïga (Kassia), Martine Demaret (la madre de Xavier), Pierre Cassignard (Platane), Olivier Saladin (Gérard), Pierre Gérald (Papou, el abuelo de Xavier), Zinedine Soualem (M. Boubaker, el vecino), Hélène Médigue (Mme Vanpeteguem, la banquera), Carole Franck (la productora de TV), Robert Plagnol (el autor de la serie), Nicolas Briançon (el realizador de la série), Bernard Haller (Michel Hermann), Cristina Brondo (Soledad), Federico D'Anna (Alessandro), Barnaby Metschurat (Tobias), Christian Pagh (Lars), Lannick Gautry (el snowboarder). Guión: Cédric Klapisch. Música: Loïc Dury & Laurent Levesque. Fotografía: Dominique Colin. Coproducción Francia-GB; IFC Films / IFC First Take / Ce Qui Me Meut / StudioCanal / France 2 Cinéma / Lunar Films / Canal +. Duración: 125 minutos. Comedia. Drama. Romance | Amistad. Comedia dramática. Secuela.

Nos encontramos con la segunda parte de una trilogía que se completa con Una casa de locos y Nueva vida en Nueva York. En la primera los personajes centrales comparten piso en Barcelona para asistir a las clases de la Universidad. En la tercera ya son adultos que tratan de asentarse en la sociedad viviendo en la ciudad de los rascacielos.
En la segunda, la que nos ocupa, los antiguos compañeros de piso se vuelven a encontrar porque uno de ellos contrae matrimonio con una mujer rusa en San Petersburgo. Pero antes, Xavier (Roman Duris) vivirá sus aventuras amorosas de flor en flor. Un personaje que en su versión española me recuerda a Woody Allen tal vez porque su doblador Joan Pera es el mismo.
Tanto Xavier, como su primera novia Martine (Audrey Tautou, a quien recordamos por Amelie), o la inglesa Wendy (Kelly Reilly) con quien se desposa, son personajes inestables que se van emparejando y desemparejando constantemente. Incluso Isabelle (Cecile de France), la lesbiana belga que se convierte en el “mejor amigo” de Xavier, no consiguen encontrar la estabilidad por su tendencia la promiscuidad.
Las muñecas rusas no tiene la espontaneidad de Una casa de locos, la mejor película de la trilogía con diferencia, pero sí mayor acidez. Ese guionista en que se ha convertido Xavier que ve su obra asesinada en reuniones en los despachos en donde su obra es adulterada por cuestiones llamadas “comerciales”, es decir la presión del mercado que te obliga a realizar mediocridades basándose en el sobado criterio de darle al público lo que quiere ver. Algo que es muy relativo.
Un profesional del audiovisual sabe bien lo que significa que unos funcionarios de los medios se dedican a tergiversar y asesinar unas buenas ideas.
Otras secuencias, más o menos divertidas, están puestas con calzador. Esa persecución por las calles parisinas de Neus y Xavier desnudos no viene a cuento aunque resulte gracioso.
La película en su conjunto yal vez sea demasiado larga, pero es asimismo entrañable.

Salvador Sáinz