STALINGRADO (2013)

STALINGRADO. Título original: Stalingrad. Año: 2013. País: Rusia. Director: Fedor Bondarchuk. Reparto: Thomas Kretschmann, Yanina Studilina, Philippe Reinhardt, Heiner Lauterbach, Pyotr Fyodorov, Aleksey Barabash, Georges Devdariani, Mariya Smolnikova, Andrey Smolyakov, Oleg Volku, Dmitriy Lysenkov.Guión: Ilya Tilkin. Música: Angelo Badalamenti. Fotografía: Maksim Osadchiy-Korytkovskiy. Art Pictures Studio / Non-Stop Productions. Duración: 130 minutos. Bélico. Acción. Drama. II Guerra Mundial. 3-D. Cine épico

Siempre hemos estado viendo películas de la Segunda Guerra Mundial pero generalmente desde una triunfalista perspectiva estadounidense. En los años sesenta, un famoso crítico de la época repetía con su habitual sarcasmo que no entendía que si los alemanes son tan tontos como los que salen en las películas los americanos no ganaran la guerra en dos días.
Las tropas americanas perdieron 220.000 vidas humanas durante la contienda en suelo para ellos extranjero. Los alemanes 3.200.000 personas (hombres y mujeres, civiles y militares) y la Unión Soviética 8.860.400 . Sólo fueron superados por 10.000.000 chinos y chinas. Algunas fuentes ascienden a 17.139.600 los fallecidos soviéticos porque incluyen personas muertas en bombarderos, hambre o asaltos a poblaciones civiles.
Con ello dejo claro quién fue más heroico en la contienda sin que ello suponga publicidad del Régimen político porque esa no es mi labor, sino del pueblo que se enfrentó con valor a una invasión imperialista. Los rusos la llamaron la Guerra Sagrada y es gracias a su esfuerzo y su sacrificio que en la actualidad disponemos de algunas libertades.
El presente film pertenece al género bélico y está dirigido por Fedor Bondarchuk, centrado en la famosa batalla de Stalingrado, un enfrentamiento bélico entre el Ejército Rojo de la Unión Soviética y la Wehrmacht de la Alemania nazi y sus aliados del Eje por el control de la ciudad soviética de Stalingrado, actual Volgogrado, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943. Fiódor Serguéievich Bondarchuk (9 de mayo de 1967 en Moscú) es un cineasta, actor y productor ruso conocido por dirigir La novena compañía de 2005, la cual fue la película más taquillera de la cartelera rusa de 2005 y premiada con siete galardones. También aparece acreditado como productor de Zhara, en la cual apareció junto a su madre (también actriz): Irina Skóbtseva. Bondarchuk es hijo de la actriz Irina Skóbtseva y de Serguéi Bondarchuk, famoso cineasta ruso autor de la monumental Guerra y paz (1965-1967) y Waterloo (1970), uno de los más prestigiosos de la extinta Unión Soviética.


Stalingrado es un film bélico, pero alejado del estereotipo hollywoodense, no aparecen tropas victoriosas sino gentes que luchan por su país e invasores poco orgullosos de serlo y que se mueven por una ciega obediencia a unos superiores molestos contra los que son incapaces de rebelarse.
La acción está centrada en un inmueble desvencijado a causa de los bombardeos, una mujer superviviente y cinco soldados empeñados en mantener la posición. Por otro lado conocemos al bando invasor, un capitán alemán que se ha apropiado de una rubia rusa que no entiende ni una palabra de su amante extranjero y que sus compatriotas desprecian tal vez injustamente. No todo el mundo tiene capacidad de convertirse en héroe y sólo busque su supervivencia, tal vez egoísta pero completamente humana.
No estamos en El desafío de las Águilas (1968), un film bélico donde Clint Eastwood y Richard Burton masacran a los habitantes de una fortaleza repleta de soldados alemanes como si éstos fueran todos incompetentes. Fedor Bondarchuk nos muestra a los dos bandos, sus razonamientos y sus motivaciones. Las circunstancias les han convertido en enemigos y se masacran mutuamente por obedecer órdenes superiores o para defender su propio país en peligro por una invasión extranjera.
Ya lo dice Alejandro Nevski en el famoso filme de Sergei M. Eisenstein “El que venga como amigo será tratado como amigo, el que venga con la espada perecerá por la espada”. Eisenstein al final del filme hacía justicia, los soldados rasos son perdonados porque fueron obligados a alistarse por sus amos y con éstos el Príncipe ruso es implacable.
Bondarchuk no cae en el fácil maniqueísmo. Los alemanes no son esos villanos ávidos de matanzas, son gente obligadas por un poder superior a invadir territorios ajenos provocando dolor y destrucción. Son verdugos pero también víctimas de la guerra. La invasión alemana al territorio soviético fue un auténtico desastre militar que se saldó con millones de muertes y el hundimiento del Tercer Reich. Un error que le costó caro al dictador alemán pero que provocó una tragedia que asoló ciudades enteras, muerte y desolación.
La lucha patriótica, la Guerra Sagrada, fue dura y cruel. Una tragedia para toda la humanidad y en donde un pueblo nos dio una verdadera lección de entereza. Ni los soviéticos ni los rusos nos sacan en pantalla estos héroes de pega capaces de masacrar sin despeinarse todo un ejército segando vidas valiosas como si fuera un espectáculo circense.
La guerra es una tragedia, no es un espectáculo para la diversión de las masas. No es un espectáculo inmoral violento y deformante. Esas ideas son las que transmiten películas como la presente y las dos versiones de Los amaneceres aquí son tranquilos. La guerra no es ningún hermoso espectáculo, es una aberración y una infamia que nada positivo aporta a la Humanidad.

Salvador Sáinz