KRAY (2010)


KRAY. Título original: Kraj. Año: 2010. País: Rusia. Director: Aleksei Uchitel. Reparto: Vladimir Mashkov (Ignat), Anjorka Strechel (Elza), Yuliya Peresild (Sofiya), Sergey Garmash (Mayor Fishman), Aleksey Gorbunov (Kolivanov), Vyache slav Krikunov (Stepan), Aleksandr Bashirov (Zilkin), Evgeniy Tkachuk (Borka), Vladas Bagdonas (Butkus), Anna Ukolova (Matilda), Ruben Karapetyan (Sarkisian). Guión: Aleksandr Gonorovsky. Música: David Holmes. Fotografía: Yuri Klimenko. TPO Rock, JSC TV Show, JSC RZD. Duración: 115 minutos. Acción. Aventuras. Drama. Romance

Ya ha terminada la Segunda Guerra Mundial, la Gran Guerra Patria, y en Siberia nada parece haber cambiado. En un lugar olvidado, Ignat (Vladimir Mashkov) un héroe de la Unión Soviética encuenra el amor en brazos de Sofiya (Yuliya Peresild, la Lyudmila Mykhailivna Pavlichenko de Batalla por Sebastopol), una mujer marginada porque se emparejó con un alemán y adoptó a un niño de esta nacionalidad, y más tarde se encuentra a Elsa (Anjorka Strechel ), una mujer alemana cuyo padre fue asesinado por las autoridades soviéticas. Elsa ha pasado toda la guerra viviendo en el bosque, ignorando la contienda, e ignorando la contienda que tanta mortaldad ha causado.

Kray es una película intensa y claustróbica pese a contar con espacios amplios como la inmensa Siberia. Tres personajes principales. Tres personas que parecen no encajar en un entorno hostil. La intolerancia del entorno poco agraciado, el resentimiento por la pasada guerra que la chica alemana no sabía que se hubiera producido pesan en la actual Rusia por no citar países más cercanos. Por ejemplo, España aún sufre el trauma de la Guerra Civil acabada en 1939 pero cuyas consecuencias han llegado a nuestros días.
Kray o The Edge tiene de arranque un entorno poco agraciado para el mercado pero en realidad es una película que te atrapa al instante. No es el clásico y repetitivo blockbuster pero la cinta es vibrante y dura, poco complaciente, no busca la fácil comercialidad. Su eje central es la intolerancia, en este caso dirigida a un pueblo con fama de intolerante como es el alemán.

No basta con cambiar el sistema, a veces hay que cambiar nosotros mismos e incluso el concepto de cambio con resabios de la sociedad patriarcal en desuso.

Salvador Sáinz