ROMASANTA, LA CAZA DE LA BESTIA (2004)

En la mayoría de las películas españolas de género fantástico se copian las temáticas hollywoodenses, creandose torpes réplicas que cayeron en el más espantoso de los ridículos. Pero nuestra historia es rica en leyuendas que permitirían el florecimiento de un verdadero fantástico español propio. Falta que nos dejen desarrollarlo.


Romasanta, la caza de la bestia. Año: 2004. Duración: 98 min. País España. Director: Paco Plaza. Guión: Elena Serra & Alberto Marini. Música: Mikel Salas. Fotografía: Javier Salmones. Reparto: Julian Sands, Elsa Pataky, John Sharian, Gary Piquer, David Gant, Maru Valdivielso, Laura Mañá, Ivana Baquero. Productora: Castelao Productions. Género: Terror | Siglo XIX. Hombres lobo

Véase: El BOSQUE DEL LOBO

Resulta extraño pero cuando se habla de prejuicios hacia el fantástico se olvida que las películas perjudicadas suelen ser las de reciente producción. Las cintas más antiguas tienen predisposición a la mitificación y muy a menudo son sobrevaloradas por cuestiones nostálgicas y no por sus cualidades intrínsecas.
En 1970 se estrenó una película titulada El bosque del lobo que daba una visión original, distinta, étnica del mito de la licantropiá. Romasanta, la caza de la bestia es una nueva versión del tema licantrópico.
El argumento de ambas películas están basadas en la historia real de Manuel Blanco Romasanta, conocido como El Hombre Lobo de Allariz. La segunda citada se rodó entre el 28 de julio y el 29 de septiembre de 2003 en diversas localidades de Barcelona y Galicia.
La película de Paco Plaza que nos ocupa, tildada de filme de diseño, un prejuicio muy absurdo, está ambientada en la Galicia de mediados del siglo XIX. Si en la visión de Olea se acentuaba el aislamiento de los pueblos por los que se debía viajar siguiendo sendas complejas y la superstición de los mismos, su sumisión al clero y a la religión. La de Plaza es más aséptica, es más internacional porque se trata de un producto para la exportación con actores anglosajones al frente. Veamos como en aquella Galicia analfabeta se escriben cartas en inglés y se omiten las referencias a la España cateta y tercermundista del mundo de Valle Inclán.
Parece que con pudor se quiere dar una imagen más desarrollada de nuestro país con un producto industrialmente sólido. La narración es nítida y tiene ritmo. Los actores están bien y Elsa Pataki sabe llevar la acción con acierto, aunque dentro de los cánones del feminismo moderno. El paisaje del entorno es Galicia, pero podría ser un pueblo danés, sueco o inglés. Los localismos son considerados anticomerciales y por eso ese tipo de cine se ve desubicado y apatrida.
Lejos estamos de la casposidad del fantástico español de la "época dorada", que tenía muy poco de tal en la primera mitad de los setenta, que nos llevó al desprestigio cinematográfico. La corrección industrial se impone. Le faltará personalidad pero estará equilibrada en el campo de la narración nítida, muy certera en el pulso fílmico y en la puesta en situación.
En definitiva estamos ante un relato pulcro y competitivo, muy profesioanl y como obra cinematográfica más que aceptable.

Salvador Sáinz