EL MARAVILLOSO MUNDO DE LOS HERMANOS GRIMM


El maravilloso mundo de los hermanos Grimm. Título en VO: The Wonderful World of the Brothers Grimm País: USA Año: 1962. Director: Henry Levin, George Pal Intérpretes: Laurence Harvey, Karlheinz Böhm, Claire Bloom, Walter Slezak, Barbara Eden, Oskar Homolka, Arnold Stang, Martita Hunt, Betty Garde, Bryan Russell, Ian Wolfe, Tammy Marihugh, Cheerio Meredith, Walter Rilla, Yvette Mimieux, Russ Tamblyn, Terry Thomas, Buddy Hackett Duración: 129 min. Clasificación: Todos los públicos Género: Biopic Color o en B/N: Color Guión: Charles Beaumont, William Roberts, David P. Harmon Fotografía: Paul Vogel. Música: Leigh Harline

El maravilloso mundo de los hermanos Grimm se rodó para exhibirse en Cinerama, un sistema para pantallas gigantes que echamos de menos y que preferimos incluso al 3D actual. Pero la técnica era incómoda y obsoleta, tres cámaras rodando a la vez eran complicadas de encajar y muchas veces no producen los efectos deseados. El 70 mm me gustaba mucho más, al famoso Todd-Ao era sensacional.
La película que nos ocupa cuenta la biografía de los famosos hermanos Grimm que recopilaban cuentos infantiles conocidos por su tradición oral y ante el temor de que se perdieran se fueron recopilando hasta convertirlos en libros que han llegado hasta nuestros días. Tal vez prefiera Hans Christian Andersen que era un escritor mucho más romántico y sensible, nos guste más la biografía que se le dedicó protagonizada por Danny Kaye con menos medios que el presente porque la obra de los Grimm es sádica y cruel aunque sus cuentos nos hayan llegados en versiones edulcoradas.
Así, esa biografía se puede dividir en dos partes. La biografía propiamente dicha de los dos hermanos, encarnados por dos rostros muy queridos en la época, y los cuentos en los que vemos al singular cómico Terry Thomas especialista en villanos “graciosos” y el famoso bailarín Russ Tamblyn cuya carrera en cine contó con algunos buenos títulos pero que cayó pronto en el olvido. El presuntuoso duque Oskar Homolka simpático y antipático a la vez.
La técnica de animación es tan obsoleta como el Cinerama, visto actualmente en la era digital, pero tiene su gracia.
Más que encontrarnos con una buena película, que no lo es, tampoco es mala, es lo que podríamos denominar “una película simpática”, es decir agradable, entrañable y amable que se ve con placer moderado. Su encanto resiste el paso del tiempo pese a su obsoleta técnica y el reparto repleto de caras amigas de aquellos tiempos resulta de lo más acertado.

Salvador Sáinz


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