LOS AMANTES CRUCIFICADOS (1954)

Kenji Mizoguchi


Los amantes crucificados. Título original: Chikamatsu monogatari (The Crucified Lovers). Año: 1954. Duración: 102 min. Nacionalidad. Japón. Director: Kenji Mizoguchi. Guión: Yoshikata Yoda (Obra: Chikamatsu Monzaemon). Música: Fumio Hayasaka. Fotografía: Kazuo Miyagawa (B&W). Intérpretes: Kazuo Hasegawa, Kyoko Kagawa, Yoko Minamida, Eitaro Shindo, Sakae Ozawa. Productoa: Daiei Studios. Género: Drama | Melodrama. Siglo XVII. Japón feudal

Adaptación de una obra de teatro (kabuki) del siglo XVII de Chikamatsu Monzaemon.Kenji Mizoguchi compone una bella historia de amor ambientado en el Japón feudal y sus leyes injustas.
La película está narrada de forma exquisita, con sensibilidad y buen gusto, pero también con un estilo contundente. Su estructura es típica del teatro kabuki japonés en donde se escenifican amores contrariados, trágicos, que terminan con la muerte de los dos amantes. El mismo título, Los amantes crucificados, ya denuncia el final del melodrama y cómo acabarán sus protagonistas en ese bello plano de ambos atados espalda contra espalda a lomos de un caballo en su camino hacia la muerte.
Pero Mizoguchi va mucho más allá porque denuncia las consecuencias que esa injusticia acarrea. La deshonra de la familia, la ruina de varias personas que en su patrimonio embargado y entregado al Estado perdiendo posición, casa, negocio y viéndose convertido en un paria errante y vagabundo.
Unas leyes que permiten al esposo ser infiel y que castiga a la esposa con la crucifixión acompañado de su amante, en caso de que el esposo no presente denuncia por compasión o dejadez se le embarga todo su patrimonio y se le destierra. Pero en el caso de la presente película la acusación es falsa, debida a un malentendido.
Mizoguchi muestra además los intereses ocultos, materiales en un matrimonio de conveniencia sin amor. Viendo Los amantes crucificados uno llega a la conclusión de que el Imperio del Sol Naciente aunque parezca muy alejado y muy distinto de nuestra cultura en el fondo, en lo esencial no es tan diferente.
Se ha escrito mucha literatura para abominar de la tradición “represora” judeo-cristiana, pero en realidad otras culturas, otras tradiciones tampoco son diferentes en este sentido. Incluso en muchos casos son más duras. Un adulterio ha sido castigado con la muerte en muchos países, con la lapidación o con la hoguera. Métodos sofisticados como esa “cama del amo” en la que los amantes eran atados en uno encima del otro sobre una tabla mientras eran ensartados con una plancha descendiente del techo con largas cuchillas.
Alrededor de un matrimonio suelen esconderse intereses económicos que nada tienen que ver con el romanticismo. Amantes contrariados siempre han existido. Gente que se ama y que no puede materializar su unión, su amor, por un entorno hostil, unas leyes asfixiantes e injustas.
Mizoguchi además compone un poema romántico, aunque los amantes no sean reales como los de esta película, acaban por enamorarse y por descubrir sus auténticos sentimientos ocultos por una sociedad basada en la mentira, las leyes del honor centradas en el sexo y en la falsa castidad mientras que se ignora el egoísmo, la mezquindad y la falta de solidaridad con el prójimo.

Salvador Sáinz


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