NINETTE (2005)

Ninette y el señor de Murcia fue una obra exitosa de Miguel Mihura, redactor del semanario satírico La Codorniz, estrenada el 3 de septiembre de 1964 en Teatro de la Comedia de Madrid. Con José María Mompín (Andrés), Paula Martel (Ninette), Alfredo Landa (Armando), Rafael López Somoza (M. Pierre), Aurora Redondo (Mdme. Bernarda). En 1970 parte de este reparto apareció en una versión para televisión en el programa Estudio 1, cambiando a Landa por Tomás Zori.
En 1965 se llevó al cine bajo la dirección de Fernando Fernán Gómez con él mismo (Andrés), Rosenda Monteros (Ninette), Alfredo Landa (Armando), Rafael López Somoza (M. Pierre), Aurora Redondo (Mdme. Bernarda).
Cuarenta años después se rodó este remake dirigido por José Luis Garci en color. La obra de Mihura tenía además una segunda parte, Ninette y un señor de Murcia , estrenada el 3 de septiembre de 1964 en Teatro de la Comedia de Madrid, con el mismo reparto de la anterior obra.
Naturalmente yo prefiero la versión de Fernán Gómez con gran diferencia de calidad con la presente en la que ambas obras son refundidas en una por lo que su desarrollo es algo precipitado.
Además ha cambiado el contexto histórico en que redactaron ambas obras. En los años sesenta vivíamos bajo la dictadura y en principios de siglo en una democracia en la que estas situaciones ya no tienen ningún sentido.
En los años sesenta los españoles teníamos una idea mitificada de Francia, los ingenuos españoles nos creíamos que las francesas eran todas unas libertinas amantes del amor libre y de “ahí te pillo ahí te mato”. Pero la realidad era completamente distinta. Las chicas francesas llevaban una vida digna de monjas de clausura, algo que nos causaba gran sorpresa.
Así, el personaje central, Carlos Hipólito, viaja a París para conocer la ciudad, realizar algunas compras y comprobar si las mujeres francesas son tan descocadas como dicen. Pero la realidad es dura.
El pobre hombre va a parar a la casa de una familia de republicanos que viven exiliados en París con una imagen exagerada de la España franquista. Mihura los pinta como unos seres despistados porque en la pared cuelgan imágenes de Lenin, Pablo Iglesias y Alejandro Lerroux, políticos que nada tienen que ver ideológicamente entre sí.
Si en 1965 la comedia tenía sentido, una cierta ironía al comprobar cada cual que la desinformación de unos y de otros era abismal, que nada se ajustaba a la realidad. En el presente el conflicto se ve desfasado.
Toda la película de Garci se centra en Ninette, la hija de los republicanos, una chica que lleva una vida encerrada en casa a excepción de cuando se va al trabajo. Quien con premeditación y alevosía seduce al pobre murciano sin dejarle ver ni la Torre Eiffel de París. En fin, una historia que antaño era escandalosa y en la actualidad se puede considerar digna de monjas benedictinas.
Elsa Pataky muestra su físico con generosidad y tal vez es quien mejor sale librado del trance. Los actores no tienen  el carisma de la versión de 1965 y pierden en la comparación.

Salvador Sáinz