EL FUGITIVO DE AMBERES (1954)

Miguel Iglesias Bonns


EL FUGITIVO DE AMBERES. Año: 1954. España. Dirigida por: Miguel Iglesias. Intérpretes: Howard Vernon , Anouk Ferjac , Alfonso Estela , Amelia de Castro , José Marco , Luis Induni , Pepita Guell , Manuel Gas , Luis Parellada , Joan Capri , Ricardo Fuster , Emilio Fábregas , Gloria García , José M. Pinillos , Regina Lluch , Jaime Avellán , Telesforo Sánchez , Juan Monfort , Olga Lombart, Enrique Borrás , Augusto Ordóñez , Ramón Vaccaro , Manuel Cobo , Enrique Tusquets , Leonor Belmonte , Carlos Ronda , María Cañete. Productora: José Carreras Planas. Director de Fotografía : Federico G. Larraya. Música : Juan Durán Alemany.Montaje : Teresa Alcocer. Decorados: Filalicio Fláquer , Productor: José Carreras Planas. Formato: 35 milímetros. Blanco y negro. Duración : 70 minutos. Lugares de rodaje : Barcelona - París - Amberes (Bélgica). Género : Policiaco. Fecha de estreno : 16-05-1955 Madrid: Albéniz.

El fugitivo de Amberes es un ejemplo de cine policiaco barcelonés, realizado con mucho oficio y escasos medios. Entre el reparto nos encontramos a Howard Vernon, actor habitual en el cine de Jesús Franco, y Joan Capri, futuro cómico que arrasaría en la escena catalana.
El guión de Joan Bosch (Exorcismo) y el propio Miguel Iglesias en algunos aspectos es algo tópico, las incidencias que hemos visto repetidas en miles de películas, pero la dignidad profesional se impone por encima de todo.
Un galán algo inexpresivo que actúa con la voz del locutor Juan Manuel Soriano, uno de los grandes del doblaje, queda eclipsado por el buen hacer del villano Vernon, un ladrón de joyas que por diversos motivos atranca en Barcelona.
Iglesias parece haber hecho la película para la importación. Secuencias rodadas en Amberes y París, después muestra Barcelona para que la vean espectadores de otros países. En la trama interviene una cantaora de flamenco que tiene un romance con el villano Vermon, algo que años después se convirtió en invisible porque en España parece que nos avergoncemos de todo aquella que pertenece a nuestras señas identitarias.
El desarrollo de la trama es muy sencillo pero nítido. El cine realizado en Barcelona, de capital importancia durante la República, fue reducido a un segundo plano durante la dictadura. Los cineastas de más calidad generalmente eran llamados por los madriles más cercanos a glosar las glorias del Régimen de entonces, mientras que Cataluña fue muy desafectada y sus cineastas solían trabajar más el cine de género.
Si el terror de la primera mitad de los setenta, que se convirtió en una  moda pasajera, era más bien torpe por pertenecer a un “cine de imitación” o mimético, en cambio el cine policiaco rayaba a mayor altura. Era mucho más creíble.
Y con este título estamos ante un buen ejemplo.

Salvador Sáinz


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