LA ALDEA MALDITA (1930)

Florián Rey


La aldea maldita. Año 1930. Duración: 58 minutos. Nacionalidad: España. Director: Florián Rey. Intérpretes. Carmen Viance, Pedro Larrañaga, Amelia Muñoz, Pilar Torres, Ricardo Núñez, José Baviera, Modesto Rivas. Guión: florián Rey. Fotografía: Alberto Arroyo (B&W). Productora: Pedro Larrañaga, Florián Rey. Género: Drama | Cine mudo. Mediometraje

La aldea maldita es una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. Me refiero, claro, a la versión muda rodada en tiempos de la agonizante monarquía de Alfonso XIII. El cine mudo estaba tocando a su fin y se le añadió una posterior banda sonora y algunos fragmentos rodados en Francia bajo su supervisión. Sin embargo dicha versión se ha perdido siendo restaurada precisamente la versión original que en la actualidad conocemos. Los hechos se remontan a un pueblo salmantino de Luján a comienzos del siglo XX. Mientras toda la aldea emigra a la ciudad debido a la gran sequía que asola, Juan será encarcelado injustamente por enfrentarse a un cacique de la zona. Fue rodada en la provincia de Segovia en los pueblos de Ayllón, Pedraza, Sepúlveda y Segovia.
A pesar de ser un melodrama típicamente español, su éxito dio la vuelta al mundo porque su trama es universal. El cine español cuando es bueno no tiene fronteras.
La fuerza visual de sus imágenes nunca fueron igualadas por ninguna película producida en la piel de toro. Un drama desgarrado, duro, impactante. Todo este pueblo que se ve forzado a emigrar, dejándolo todo atrás, huyendo del hambre y de la miseria. Ese hambre que se refleja en este plano de un gato que se pase delante de un portal, de cuyo orificio (para entrada y salidas de animales domésticos) sale de improviso una mano que le captura para comérselo.
Un pueblo que se muere de hambre mientras el cacique vive en la opulencia, un cacique rural tipo “tío miserias” egoísta y resentido contra todo el mundo. Las imágenes del pueblo abandonando sus hogares en rústicos carromatos tienen gran impacto visual, y en medio de un drama colectivo nos encontramos con otro más personal.
En apariencia es un drama personal pero en realidad también es colectivo. Es el drama causado por los prejuicios de una fe equivocada basada en un honor rancio y desfasado. Una fe intolerante y cerril.
Sin embargo lo mejor es su conclusión, las faltas se perdonan. Un desenlace que en aquella sociedad es impensable dada la gran dosis de crueldad, odio y mezquindad que lleva larvada en sus entrañas.
una gran película que ni siquiera el propio Florián Rey pudo igualar ni de lejos.

Salvador Sáinz

LA ALDEA MALDITA (1942)

Florián Rey


La aldea maldita. Año 1942. Duración: 62 minutos. Nacionalidad: España. Director: Florián Rey. Reparto: Julio Rey de la Heras, Alicia Romay, Florencia Bécquer, Victoria Franco, Pablo Hidalgo, Delfín Jerez, José Sepúlveda. Guión: Florán Rey. Fotografía: Heinrich Gärtner (B&W). Productora: P.B. Films. Género: Drama | Remake
Premio en el Festival de Cine de Venecia para la mejor dirección a Florián Rey en su primera edición.

Ni de lejos la versión sonora de 1942 puede igualarse a la muda de 1930. Las imágenes son mucho más planas, encima la censura tergiversó su narración eliminando el personaje del cacique y con ello las secuencias en las que el protagonista va a la cárcel dejando a su esposa en la más ruin de las miserias. Al desaparecer el personaje del cacique no se explica en esta nueva versión la actitud de la esposa que abandona a su esposo y a su hijo para irse en pos de la aventura cayendo en la más radical de las degradaciones que en aquella sociedad era la prostitución.
En la versión de 1930 la mujer se va de casa porque pasa mucho hambre por haberse arruinado la aldea en la que vive y porque su marido en la cárcel no puede proporcionarle sustento. En la de 1942, la aldea se arruina, pero no el marido que busca el pan en otras tierras mientras la mujer se le va sin darle ninguna explicación.
La película refleja en cierto modo la hipocresía de aquella sociedad, pero claro de forma muy velada. Se recurre al folclorismo tan grato al régimen franquista pero afortunadamente se conserva la secuencia del perdón. Algo poco habitual en las pantallas españolas.
En la versión de 1930 se habla de honor y en la de 1942 de orgullo.
Además. La versión muda está ambientada en el año 1900 y la sonora en 1930, época en la que vino la República donde se supone que transcurre todo el drama que nos ocupa.
Con todo la película sonora queda como un título menor de Florián Rey pero todavía conserva parte de su interés, un interés moderado pero que no hay que desdeñarlo.

Salvador Sáinz


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