EL SKYLAB (2011)


EL SKYLAB. Título original: Le Skylab. Año: 2011. País: Francia. Dirección y guion: Julie Delpy. Interpretación: Julie Delpy (Anna), Lou Alvarez (Albertine), Eric Elmosnino (Jean), Aure Atika (Linette), Noémie Lvovsky (Monique), Bernadette Lafont (Mamie), Emmanuelle Riva (Mémé), Marc Ruchmann (tío Loulou), Vincent Lacoste (Christian), Sophie Quinton (Clémentine), Valérie Bonneton (Micheline), Sandrine Bodenes (la nudista), Karin Viard (Albertine adulta). Producción: Michael Gentile. Fotografía: Lubomir Bakchev. Montaje: Isabelle Devinck. Dirección artística: Yves Fournier. Vestuario: Pierre-Yves Gayraud. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en Francia: 5 Octubre 2011. Estreno en España: 27 Julio 2012. Duración: 113 min. Género: Comedia.

Premios 2011: Festival de San Sebastián: Premio Especial del Jurado

El Skylab es un relato narrado en tiempo pasado. La película arranca con un viaje en tiempo actual, Albertine (Karin Viard) es una mujer joven que está casada, tiene dos hijos, y durante el trayecto hacia el lugar de vacaciones recuerda otro viaje similar durante su infancia, cuando era una niña (Lou Alvarez) de once años. Los trenes no eran tan rápidos ni tan confortables, los viajes duraban más tiempo en el trayecto hacia la Bretaña francesa.
Julie Delpy nos recuerda unos días en la que el famoso satélite Skylab estaba a punto de caer a la Tierra y muchos temieron que les caería encima dándoles la muerte. Al final no pasó casi nada, ya que la única víctima mortal lo fue a causa de un infarto.
La directora nos recuerda aquella infancia de finales de los setenta, con música hortera en las discotecas, la actual no le va a la zaga en eso, pero la de entonces era inenarrable. La acción transcurre en un solo día, un cumpleaños de la abuela en una casa de campo que reúne a sus hijos y nietos. Eso da pie a viviseccionar  el estamento familiar. Esta institución que nos acompaña de por vida al estar ligado a unas personas que en ocasiones son entrañables, pero en otras una serie de extraños que se creen que tienen derechos sobre ti en función de lazos llamados “de sangre”.
La familia es como la lotería, te toca la que te toca y debes arrastrarla todos tus días. Si tienes suerte te tocarán gente maravillosa, pero en caso contrario tendrás un infierno eterno. No son como los amigos que si te fallan puedes olvidarles, deshacerte de ellos y buscar otros mejores.
En El Skylab nos encontramos ante una familia pequeñoburguesa en la que unos son de derechas y otros de izquierdas. Las discusiones familiares son muy desagradables en algunas ocasiones. Sólo el vínculo sanguíneo, en este caso el cumpleaños de la abuela (es decir la madre de quienes se sientan a la mesa en compañía de hijos y consortes) es el que les mantiene unidos pero en realidad poco o nada tienen en común.
Delpy nos habla de otros temas como el descubrimiento del primer amor, los primeros flirteos, los juegos infantiles con los primos, los parientes “especiales”, es decir mentalmente enfermos. Las playas, con la aparición de una nudista que las mentes pequeñoburguesas son incapaces de comprender, lugar de reunión para chismorreos intranscendentes. Conocemos una sociedad vacía con odios raciales infundados. Algunos personajes masculinos son “pieds noirs”, es decir soldados que estuvieron en Argelia con sus prejuicios y su chusca forma de ver la vida y que no se adaptan a los tiempos de paz. Añoran la guerra, la violencia y los abusos que cometían en sus tiempos “gloriosos”.
Las disputas familiares a veces agresivas, alguien comenta “pero esto parece España” cuando los comensales se pasan de rosca.
Filme coral en la que Delpy sabe recrear una serie de tipos muy franceses pero que podrían trasladarse a otras latitudes como por ejemplo la nuestra. Algunos nos podríamos sentir identificados con los mismos, los españoles también formamos familias en la que unos son de izquierdas y otros de derechas, también tenemos familiares “fachas” con discursos impresentables y que debemos soportar con infinita paciencia. La familia puede provocar recuerdos entrañables pero también mucho resentimiento, depende de los que te hayan tocado en suerte o en desgracia. Esplendida película que hubiera merecido mejor distribución comercial.

Salvador Sáinz