DOS DÍAS EN NUEVA YORK (2012)


DOS DÍAS EN NUEVA YORK. Título original: 2 days in New York. Año: 2012. Países: Francia, Alemania y Bélgica. Dirección: Julie Delpy. Interpretación: Julie Delpy (Marion), Chris Rock (Mingus), Albert Delpy (Jeannot), Alexia Landeau (Rose), Alex Nahon (Manu), Dylan Baker (Ron), Kate Burton (Bella), Malinda Williams (Elizabeth), Talen Riley (Willow), Daniel Brühl. Guion: Julie Delpy y Alexia Landeau, basado en un argumento de Julie Delpy, Alexia Landeau y Alex Nahon; a partir de los personajes creados por Julie Delpy. Producción: Scott Franklin, Julie Delpy, Ulf Israel, Jean-Jacques Neira y Hubert Toint. Fotografía: Lubomir Bakchev. Montaje: Isabelle Devinck. Diseño de producción: Judy Rhee. Vestuario: Rebecca Hofherr. Distribuidora: Alta Classics. Duración: 96 min. Género: Comedia.

Toda la buena impresión que la actriz-directora Julie Delpy me había causado en El Skylab, una comedia costumbrista mucho más sólida que la presente, se ha difuminado en la presente Dos días en Nueva York (segunda parte de Dos días en París, estrenada en 2007). El sentido del humor de esta cosa que pretende ser una película está más cerca a las zafiedades de Mariano Ozores que al buen cine cómico galo de Louis De Funés, por no citar a los grandes maestros Pierre Etaix o Jacques Tati.
Nos encontramos en la Gran Manzana, Nueva york, una pareja compuesta por un joven negro americano (más burgués que la Coca Cola) y una artista francesa blanca. Él se pasa el día hablando con un retrato de Obama, ella está a punto de inaugurar una exposición fotográfica razón por la cual invita a su padre y a su hermana a pasa dos días en su apartamento.
Da la impresión de que la directora desea retratar las diferentes opiniones sobre la vida a uno u otro lado del Atlántico pero el bosquejo de los personajes galos es excesivamente vulgar. El padre nacido en Hanoi (Vietnam) y participante en Mayo del 68 es grosero constantemente. La hermana exhibicionista. La esposa es neurótica y desquiciada.
En fin una galería de personajes a cada cual más patético mostrados con trazos gruesos y desagradables. Con lo difícil que es ver una película europea en las salas colonizadas por Hollywood de forma brutal es completamente inoportuno un título de estas características. Da la impresión de que en Europa se quiere matar el cine y entregar nuestras pantallas a los americanos porque no se entiende que se desperdicie una oportunidad de forma tan absurda.  

Salvador Sáinz