POPULAIRE (2012)

Hubo una época en la que el cine producido al norte de los pirineos era habitual en nuestras pantallas. Las comedias cómicas de Louis de Funès, Fernandel, Bourvil, el cine negro de Jean-Pierre Melville, las películas de capa y espada. Pero todo eso se lo ha llevado el viento y en la actualidad nos hemos convertido en una colonia de Hollywood consumiendo comedias horteras y filmes violentos protagonizados por el departamento de efectos especiales.
Es raro en la actualidad ver no sólo cine francés, sino cine europeo, cine de autor, cine independiente de las multinacionales.Sobre todo aquellos desdichados cinéfilos de provincias y en particular los que residimos en ciudades pequeñas como la mía ya que para ver cine tenemos que recorrer a internet o a los DVD. En cambio Populaire, rara avis, nos ha llegado a una pantalla comercial de provincias y resulta curiosa la apuesta. Una comedia francesa  basada en los campeonatos de mecanografía de antaño en que las secretarias competían en rapidez.
El guión es demasiado convencional. En los últimos años da la impresión que el mundo del guión está intervenido por el academicismo. Algún asesor procedente de alguna escuela que impone las reglas básicas de cómo debe de ser un buen autor y como consecuencia todas las obras se han vuelto clónicas.
Esta es pues la parte negativa de esta comedia, la falsa profesionalidad, lo que equivale a la falta de ideas a pesar de que el argumento es algo original. Lo mejor está en su puesta en escena. Nos encontramos con la moda retro, una película ubicada en el mundo moderno de años atrás y su forma de vida. Una estética que recuerda los comics sonrosados que en aquel tiempo editaban para las niñas con secretarias enamoradas de un apolíneo jefe, decididamente (y deliberadamente) hortera.
Su tono irónico es pues su mejor baza. En el plano actoral nos reencontramos con la argentina afincada en Francia, Bérénice Bejo, quien tras su triunfo en The Artist corre con un papel secundario. Brevemente, como la futura suegra de la protagonista, nos encontramos nada más y nada menos a Miou Miou, una de esas chavalitas que años atrás nos conquistaba desde las pantallas cuando el cine francés era habitual en nuestras salas. Déborah François, la protagonista, en cierto modo nos recuerda esa clase de chica representada por la mencionada Miou Miou. Se adapta a la perfección a la secretaria venida de un pueblo francés en busca de un futuro mejor, que ingenuamente se enamora de su jefe y acaba por convertirse en la Juana de Arco de los teclados.
Populaire, es la marca de unas máquinas de escribir de la época que da título a este agradable filme francés.

Salvador Sáinz