EL HOMBRE DE ACERO (2013)


EL HOMBRE DE ACERO. Título original: Man of Steel Año: 2013. País: USA. Dirección: Zack Snyder. Reparto: Henry Cavill (Clark Kent / Superman), Russell Crowe (Jor-El), Amy Adams (Lois Lane), Diane Lane (Martha Kent), Kevin Costner (Jonathan Kent), Laurence Fishburne (Perry White), Michael Shannon (general Zod), Antje Traue (Faora), Christopher Meloni (coronel Hardy), Harry Lennix (general Swanwick), Ayelet Zurer (Lara Lor-Van), Richard Schiff (Dr. Emil Hamilton), Jadin Gould (Lana Lang). Guion: David S. Goyer; basado en los personajes creados por Joe Shuster y Jerry Siegel. Producción: Christopher Nolan, Charles Roven, Deborah Snyder y Emma Thomas. Música: Hans Zimmer. Fotografía: Amir Mokri. Montaje: David Brenner. Diseño de producción: Alex McDowell. Vestuario: James Acheson y Michael Wilkinson. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España. Estreno en USA: 14 Junio 2013. Estreno en España: 21 Junio 2013. Duración: 143 minutos. Género: Acción, fantástico.

El hombre de acero está basado en los comics de Superman, el superhombre, el personaje creado por Joe Shuster y Jerry Siegel en las tiras de hace 75 años pero con un toque Christopher Nolan en donde parece que se avergüenzan de sus señas de identidad y la palabra que le define apenas se pronuncia a lo largo del abultado metraje.
Nos encontramos ante una revisión políticamente correcto en donde Lois Lane desde el inicio descubre la naturaleza de Clark Kent como hombre venido del espacio y se convierte en su cómplice al esconder su identidad. De hecho ese dato tiene su lógica. El recurso funciona perfectamente en las tiras de comics y las películas animadas de Max Fleischer pero no en una gran pantalla ni en series televisivas a menos de que la intrépida periodista sea cegata.
Lo más curioso es que Lane participa de la lucha para acabar con la invasión de malvados kriptonianos y descubre la fórmula para poder fin a la misma abandonando el clásico papel pasivo que ha desempeñado en estas siete décadas de aventuras.
La película no sigue un orden cronológico similar a la película de Richard Donner, de la que Zack Snyder se desmarca completamente. Clark Kent o Kar-El va rememorando su pasado a base de recuerdos fugaces que van apareciendo a lo largo de su metraje.
Esta revisión de Superman no sólo consiste en una puesta al día en técnica cinematográfica sino en una visión más compleja del mito del comic que, no nos olvidemos estaba dirigido a un público infantil. Ese nuevo enfoque es posible que haya desencantado a muchos espectadores seguidores de la saga por encontrarse con un hombre de acero distinto que se basa en los relatos originales pero no los sigue al pie de la letra.
Además el avance de los efectos especiales en los últimos años produce numerosas escenas de acción que a veces resultan difíciles de seguir por su exceso de información, el ritmo es tan rápido que el cerebro no puede asimilar tanta peripecia y tanto sobresalto.
Por otra parte no sigue la narración con el estilo del Superman de Richard Donner. El de Zack Snyder carece de romanticismo, de magia, es otra cosa, un relato vibrante y espectacular que te atrapa desde un primer instante.
Henry Cavill es un estupendo Clark Kent y un perfecto Kar-El, un hombre dividido entre dos mundos y que no sabe a cual pertenece. Como principal defectillo el clásico patriotismo estadounidense en algunos diálogos, se ignora deliberadamente que sus producciones están dirigidas a todo el planeta y no sólo al público de los Estados Unidos y que Superman, siendo coherente con su planteamiento, pertenece al mundo y no sólo a un país. Aunque es tal la arrogancia de esta superpotencia que se creen que el mundo gira a su alrededor y trata al resto de planeta como si fuésemos sus colonias.
Un buen reinicio que posiblemente tenga continuidad. Ya se anuncian segundas partes, spin off (Supergirl) y crossovers como La Liga de la Justicia. Es seguro que el negocio kriptoniano con 75 años de solera dé buenos dividendos durante décadas. A no ser que una hecatombe financiara más letal que la kriptonita ponga fin a su apogeo económico.

Salvador Sáinz