En España, hasta hace poco, no gozaban de gran afición el cine musical a pesar de que a muchos cinéfilos nos encantan. Muchas mentes cerradas no quieren comprenderlo porque encuentran absurdo que los personajes se pongan a cantar y bailar en determinado momento de la acción.
Por eso muchos títulos españoles más que cine musical es cine con canciones porque éstas son un caso aparte que no se integra en el argumento. El cantante de turno como pueden ser Julio Iglesias, Raphael o Rocío Dúrcal se ponen a cantar canciones que nada tienen que ver con lo que pasa en sus películas.
En la película de Álvaro Begines eso no es así afortunadamente. Cada canción forma parte del argumento, porque reflejan estados anímicos de los personajes. El director cuenta la historia de varios personajes que podríamos denominar “marginados” como esos okupas con rastras o  esa vieja gloria de la copla que interpreta Lola Herrera. Vivimos en una sociedad hipócrita que se dice democrática pero que convierte en invisible a mucha gente por edad avanzada, orientación sexual, defectos físicos, exclusión social por temas económicos, parados, religión, ideas políticas poco extendidas, idioma, raza, sexo, etc.
Esta película muestra unos seres maltratados por la sociedad que padecemos, y paradójicamente esta película comparte el maltrato por su nula difusión que no está en consonancia con su calidad intrínseca. Está bien realizada, es incluso divertida y simpática por lo que no se explica su silencio.
Los personajes tienen ternura, buscan el afecto de sus semejantes. Son seres encantadores y entrañables. La película a veces parece “frikkie” y absurda, para mí los aspectos  menos interesante, pero en otras es cálida y emotiva.
¿Por Qué Se Frotan Las Patitas? Hubiera merecido mejor suerte porque es una experiencia bastante interesante.

Salvador Sáinz