ELYSIUM (2013)

Distrito 9, aunque no sea santo de mi devoción, es un título que llamó mucho la atención en su estreno por la forma original en que se trataba la invasión extraterrestre. El éxito de la propuesta, aunque no a nivel comercial, ha sobrecargado las expectativas de este Elysium que transporta la lucha de clases al siglo XXII. Resulta curiosa la temática porque desde hace décadas, la famosa lucha de clases ha desaparecido de las carteleras lo que da pie a que se sobrevalore el presente título que no está a la altura de sus expectativas.
Elysium es mejor película sobre el papel que en la pantalla. Es decir que se parte de una excelente premisa que es malograda por una realización pedante, al igual que el filme que le precedió, en el que el exceso de pretensiones acaba por hundir el acabado final.
Así nos encontramos ante un metraje cámara en mano produciendo mareo como si hubiera resucitado la Nouvelle Vague francesa y las clásicas americanadas de puñetazos, tiros y violencia que terminan por prostituir el resultado final.
A Neill Blomkamp le sobran pretensiones y le falta rigor a la hora de narrar su película. Empezamos por el vestuario demasiado siglo XX, como si en 150 años las modas no cambiaran.
Tenemos imágenes apocalípticas ya muy vistas, recordemos las sagas de Mad Max y Terminator, que nos han familiarizado con las mismas. Por contraposición un espléndido vergel en una estación situada alrededor de la tierra. Un vergel algo aburrido quizá.
Todo gira alrededor de las escenas de acción y pasa de puntillas por las tramas argumentales todas ellas muy diluidas.
En fin una película muy de Hollywood, muchas promesas y escasas realidades.

Salvador Sáinz