Resulta paradójico que la primera película que se rueda en Arabia Saudita, según reza la publicidad de este filme, ha sido dirigido por una mujer en un país en el que se trata al llamado sexo débil como si fuera un ser de segunda clase.
En Occidente y sobretodo en España nos quejamos mucho por la dictadura del patriarcado y el machismo, aunque parte de la responsabilidad de su supervivencia es debido a que la llamada falocracia la tenemos incrustada en nuestro subconsciente y es muy complicado erradicarla.
Pero para saber lo que es una auténtica dictadura machista patriarcal se debería visionar esta película, La bicicleta verde. El retrato atroz que da de la sociedad saudí que ha provocado la indignación de las autoridades que han llegado a proferir toda clase de amenazas a su directora, Haifaa Al-Mansour, para que desista de su empeño en rodar no só esta película sino que se dedique al mundo del cine ya que, por si no lo saben los lectores, en Arabia Saudita, los cines están prohibidos.
Resulta curiosa la imagen que se da de la familia, de la vida en aquel país. El piso donde habita la niña protagonista Wadjda es extremadamente confortable, la madre es profesora, y además muy atractiva, pero el padre las repudia para contraer nuevas nupcias e iniciar otra vida con otra mujer.
Conocemos el colegio adonde la niña estudia, todas vestidas de negro con un velo. Cómo debe de caminar la madre por las calles tapada completamente para que nadie las vea.
Un país donde para las mujeres casi todo está prohibido, niñas que a los diez años son casadas con personas de edades superiores. Es decir hombres adultos.
La paranoica restricción, la negación de su ser, de su personalidad satanizada. Una imagen muy dura de la condición femenina.
Toda la película está narrada a través de los ojos de la niña, Wadjda tiene un sueño, tener una bicicleta para poder competir con su amigo del barrio, a quien tiene prohibido llevar a su casa. Pero las bicicletas están vedadas a las niñas que tienen prohibido montar en ella. Un sueño inocente que provoca que se la señale con el dedo, que se la discrimine y que se la satanice.
Desde el mundo islámico se argumento que ésta es su cultura y que debe ser respetada. Karl Marx en su libro El Capital aseguraba que la religión es el opio del pueblo porque la población se resigna a una vida miserable esperando su recompensa en la llamada otra vida que ni siquiera tenemos la certeza de que exista. Pero Wadjda se rebela contra su destino. La bicicleta verde no es sólo un objeto, es un símbolo de un sueño vedado por el cual la pequeña luchará para conseguirlo no por el valor del mismo, sino por todo lo que significa. Muy bella película y muy valiente, la directora tuvo que dirigir las escenas de calle desde un coche con walkie talkies porque no se tolera que una mujer vaya descubierta por la calle, muestre su rostro y menos que se atreva a dar órdenes a sus técnicos varones. La bicicleta verde es una película altamente recomendable.
Salvador Sáinz
