Disney siempre ha tenido un gran prestigio dentro del mundo de la animación, un prestigio que se ganaron a pulso pese a sus detractores más por motivos ideológicos que artísticos. Su mentor, el gran Walt, era un hombre de ideas muy conservadoras, algo que para algunos es un verdadero sacrilegio, aunque en realidad sus biógrafos le califican más de ingenuo que de reaccionario.
Recientemente se le ha puesto en cuestión, a la productora ya que el mentor hace mucho tiempo que falleció, porque las protagonistas de sus películas siempre, o casi siempre, son princesas cuando la institución monárquica se cree que es ya obsoleta y cosa del pasado. Viniendo de un país republicano es incluso chocante. Pero hay que recordar que en los antiguos cuentos de hadas, como los de Hans Christian Andersen (autor de La reina de las nieves, el cuento que inspira el argumento de Frozen) es un elemento muy recurrente. Son narraciones escritas en otra época en que la gente pensaba de otra forma y la institución monárquica era muy respetada.
Con todo, la Disney se ha esforzado en modernizar a la princesa Ana, la protagonista, ya que es una joven que toma la iniciativa, va en busca de aventuras sin pedir ayuda a nadie y llega a salvar al apuesto doncel de una muerte segura.
La nueva princesa Disney ha abandona la pasividad, se ha vuelto feminista (uno de los dos realizadores pertenece al género femenino, algo impensable años atrás) y en realidad gana con la evolución, incluso resulta una princesa mucho más divertida, más graciosa y a ratos payasa lo cual es de agradecer.
Como toda película Disney que se precie están los comparsas del reino animal, un reno en esta ocasión llamado Sven y un muñeco de nieve, Olaf, que da la nota cómica.
Otra novedad es la hechicera, aquí la hermana mayor, Elsa, tiene poderes mágicos pero lejos está de ser la villana sino una mujer víctima de un infortunio. Sus poderes no son ninguna bendición del cielo, antes al contrario perjudican y amargan su existencia.
Todos los efectos están bien resueltos, muchas canciones, bien colocadas a veces y a ratos puestas con calzador, pero siempre agradables.
La película está llamada a convertirse en un nuevo clásico, en esta clase de película que te acompañará a lo largo de toda la vida como en mi caso, por razones de edad, me acompañaron La dama y el vagabundo y Peter Pan, las que me han proporcionado más horas de alegría en mis años infantiles. Son las películas con las que crecí, que me traen bellos recuerdos y que disfruto todavía aunque sea en formatos entonces desconocidos como el Blu-ray o el DVD.
Algunos elementos de Frozen, su estructura, serán repetitivos para mí pero no para el público menudo al cual va dirigida ya que para ellos será todo novedoso. Bien planificada, bien desarrollada, tiene momentos de gran belleza y grandeza. Tras su producción un auténtico ejército de profesionales grandes como la copa de un pino que se han entregado con pasión por tan magna empresa.
En definitiva, una vez más la Disney ha dado en el clavo y nos ha ofrecido un auténtico peliculón.

Salvador Sáinz