Hay películas que dejan huella, que se convierten en la película o una de las películas de tu vida. A todos los amantes al cine nos pasa sea cual sea la intensidad de nuestra cinefília. Pero hay otras películas que las ves, no te aburres, pero que al cabo de un par de semanas te olvidarás quien aparecía, su argumento y finalmente que has visto este film. Drive es uno de esos títulos, llamados a no dejar huella y a caer en el olvido.
Todo es correcto, no te molesta demasiado, pero te deja vacío.
Pertenece a ese clase de cine llamado comercial o industrial. Un cine hecho para entretener a los domingueros o a esas personas que legítimamente van al cine a pasar el rato. No es película para los cinéfilos ni para quien busca enriquecerse intelectualmente.
Un trabajo muy profesional pero muy frío. No hay pasión por rodar, sólo rutina. Un producto de consumo más como puede serlo el papel higiénico o las brochas para pintar la pared.
Es una película hecha para gente que cree que el cine es un negocio y las películas una mercancía. Tal vez tengan razón aunque no nos guste a quien escribimos en este Diario de Cine.


Título: Drive. Título original: Drive. País: USA. Director: Nicolas Winding Refn. Guión: Hossein Amini. Reparto: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Ron Perlman, Christina Hendricks, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Albert Brooks, Tina Huang, Joe Pingue, Christian Cage, James Biberi. Productora: Odd Lot Entertainment, Bold Films, Marc Platt Productions.
Estreno en USA: 16/09/2011
Estreno en España: 28/12/2011

Drive es una película que se ve sin sorpresas. Es posible que detrás de ella haya profesionales obsesionados en repetir una y mil veces los mismos esquemas, que dicen que "todo está inventado" y no se esfuerzan en crear un cine más personal u original. Según sus argumentos el cine vale mucho dinero y los inversores quieren recuperar lo invertido. Yo lo encuentro lógico y loable.
Pero para montar su negocio utilizan el cine y producen películas que no te aportan nada. Pagas una entrada, te juntas con los amigos y pasas un rato más o menos distraído. En pantalla grande puedes disfrutar de algunas bellas imágenes, vistas aéreas de Los Ángeles con una calidad de imagen impecable.
Respecto a la película en sí, en su argumento y su desarrollo todo es rutinario, carece de lógica, y no empáticas con los personajes. Los ves como algo lejano, distante. Son simples sombras ante un lienzo blanco. En ningún momento consigues que vibres con ellos como hacen los grandes directores de cine sea chino como Zhang Yimou o estadounidense como Steven Spielberg. A veces aciertan, otras no. Todos se han equivocado alguna vez. Woody Allen nos ofrece la muy mediocre Vicky Cristina Barcelona y después la exquisita Medianoche en París.
Pero el cine es un negocio con una oferta variada, aunque en las últimas décadas las multinacionales lo han manipulado todo con su injusto monopolio, y se rige por la ley de la oferta y la demanda. Así si lo que el público quiere un matarratos ya tienen películas como Drive, los más minoritarios tenemos toda clase de dificultades para conseguir ver el cine que nos gusta. Debemos recurrir al DVD, al Blu-Ray y gastarnos nuestro dinero comprando discos. A no ser que vivamos en grandes capitales como Barcelona, Madrid, Bilbao, Valencia lo tenemos crudo para ver buen cine en pantalla grande. Nos quedan los recursos del cine-club local que proyecta a horas incómodas.
Drive es una película que repite una y mil veces los esquemas ya vistos en otras películas. Un protagonista inexpresivo que parece tener la mente en otro lugar, una chica agradable que tiene un hijo simpático pero el director no nos deja conocerlo demasiado. Todo es superficial. Los especialistas se lucen como es de ley. Algunos efectos sangrientos completamente gratuitos para satisfacer a individuos poco lúcidos y no queda nada más.
Dentro de unos meses me pasaré por este artículo y me preguntaré "¿yo he visto esta película?¿de qué iba?". Sólo recordamos las películas que nos gustan, que nos llenan y esto no es el caso. A los domingueros les encantará, pero como no entran en mi web pues no tengo de que preocuparme.

Salvador Sáinz