LA DAMA DE HIERRO (2011)

En la zarzuela Gigantes y cabezudos se cantan unas populares coplas, Si las mujeres mandasen. Según ella, si las mujeres gobernaran nuestros destinos no habrían guerras "odiosas", pues mandó Margaret Thatcher en un país que cuenta además con una reina como jefa de estado, pues continuaron las guerras odiosas e imperialistas. ¡Ay, qué diría Lisístrata si levantara la cabeza!
Nos encontramos ante una biografía controvertida que a muchos británicos (y no británicos irritó). Si Margaret Thatcher hubiera pertenecido al género masculino su figura habría caído en el olvido pero fue la primera mujer en convertirse en primer ministro por lo que se convirtió en leyenda.


La Dama de Hierro. Título original: The Iron Lady. Dirección: Phyllida Lloyd. País: Reino Unido. Año: 2011. Duración: 105 min. Género: Biopic, drama. Interpretación: Meryl Streep (Margaret Thatcher), Jim Broadbent (Denis Thatcher), Richard E. Grant (Michael Heseltine), Iain Glen (Alfred Roberts), Anthony Head (Geoffrey Howe), Roger Allam (Gordon Reece), Alexandra Roach (Margaret Thatcher joven), Harry Lloyd (Denis Thatcher joven). Guion: Abi Morgan. Producción: Damian Jones. Productora: Pathe / Film4. Música: Thomas Newman. Fotografía: Elliot Davis. Montaje: Justine Wright. Diseño de producción: Simon Elliott. Vestuario: Consolata Boyle. Distribuidora: Wanda Visión. Estreno en Reino Unido: 6 Enero 2012. Estreno en España: 5 Enero 2012. Calificación por edades: Apta para todos los públicos.

Phyllida Lloyd nos ha ofrecido esta biografía de Margaret Thatcher que da la oportunidad a Meryl Streep de excederse todo lo que le plazca. Dos personajes egocéntricos e irritantes donde los haya. No quiero decir que el trabajo de la actriz mencionada sea malo, no lo es. Además añadiré que en esta película se supera a sí misma, que es muy brillante. Esa mujer de vestidos horteras que llegó a primera ministra de Reino Unido no es una figura cualquiera. Se trata de un personaje de carácter fuerte que se caracterizó por un gobierno duro e intransigente. Acabado su gobierno, Thatcher recibió un título nobiliario como Baronesa Thatcher, de Kesteven en el condado de Lincolnshire, que le otorga el derecho vitalicio y no hereditario a ser miembro de la Cámara de los Lores.
La película en algunos momentos es irritante porque se centra en los años en que Thatcher, ya anciana, vive sola, ha enviudado y el fantasma de su marido le acompaña haciendo toda clase de gansadas. Secuencias que tienen poca gracia y son molestas.
En otros momentos conocemos su juventud, cuando era una chica desgarbada de voz chillona. Ya en su madurez aparecía con unos trajes ridículos que los asesores de imagen procuraron evitárselos.
Resulta genial las secuencias en la que entra en el parlamento británico la primera vez. La cámara realiza un travelling lateral mostrando pies con zapatos masculinos y en medio los de una mujer o el contrapicado con las testas de sus señorías vestidos con trajes graves y fúnebres y en medio los colores chillones y horteras de la Thatcher.
Meryl Streep está como pez en el agua con tanto maquillaje, se desgañita a su gusto con toda clase de gestos y muecas. Parece que le hubiera tocado la lotería y da rienda suelta a su histrionismo. El papel de una de las mujeres más odiadas de la historia, calificada de “monstruo” por las feministas, es un dulce caramelo que halaga su paladar y su sed de premios. Más que servir al personaje se sirve de él para lucirse y eso lo hace a la perfección.

Salvador Sáinz