BRUC, EL DESAFIO (2010)

Daniel Benmayor


Bruc: El desafío. Dirección: Daniel Benmayor. País: España. Año: 2010. Duración: 97 min. Género: Drama histórico. Interpretación: Juan José Ballesta (Bruc), Vincent Perez (Maraval), Santi Millán (De La Mata), Astrid Bergès-Frisbey (Gloria), Nicolas Giraud (Nouaille), Moussa Maaskri (Attab), Jérôme Le Banner (Baraton), Francesc Albiol (Dr. Ballart), Marcel Borràs (Miquel), Albert Vidal (Nicolau). Guion: Jordi Gasull y Patxi Amezcua; basado en el relato de Jordi Gasull. Producción: Edmon Roch, Jordi Gasull y Victoria Borrás. Música: Xavier Capellas. Fotografía: Juanmi Azpiroz. Montaje: Marc Soria. Dirección artística: Antxon Gómez. Vestuario: Ariadna Papió. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Estreno en España: 22 Diciembre 2010. No recomendada para menores de 12 años.

Daniel Benmayor estrenó esta película en la que el cine español va ganando puntos respecto al coloso norteamericano aunque es evidente su influencia narrativa. Bruc, el desafio, que yo he visto en su versión catalanay después en la española, me ha resultado chocante por varios aspectos. El personaje central, llamado Bruc, en cierto modo acaba por parecerse al Rambo hollywoodense por protagonizar una película de venganza donde adquiere una destreza inusual en el arte de la guerrilla. Segundo, se prescinde del tono patriotero de otras películas sobre la Guerra de la Independencia, llamada la Guerra del Francés en Cataluña y la de España en Francia. Vaya lío ¿no? Tercero, los payeses son increíblemente cultos, no aparecen como pardillos como es frecuente sino como personajes ilustrados que hablan un perfecto francés. Se prescinde del tono épico y se convierte en un nuevo ejemplo de lucha por la supervivencia.
La ambientación entre las montañas rocosas de Montserrat es muy loable, se aprovecha brillantemente los decorados naturales de esta tierra que es la nuestra. Esa contienda bélica, conocida con distintos nombres aquí y allá, podría ser considerado como un western español con más autoridad que los miméticos spaguettis de antaño.
Los actores están bien, los franceses son malos pero tienen su nobleza, incluso uno de ellos canta el "Gerryowens" (la marcha del general Custer, Errol Flynn, en Murieron con las botas puestas) a pesar de ser una canción de sus aborrecidos enemigos ingleses porque es "alegre". La acción no decae, pero su línea narrativa se aparta de otros ejemplos de cine histórico y se convierte en un cine de acción, violencia y muerte caro al cine hollywoodense actual.
Benmayor gusta del cine de género a la española con eficiencia y seriedad. Espectáculo agradable de ver y de disfrutar, el tiempo quizá le convierta en clásico.

Salvador Sáinz


Correo