CIUDAD DE VIDA Y MUERTE (2009)

La Masacre de Nankín o Nanking, conocida también como la Violación de Nankín, hace mención a los excesos cometidos por el Ejército Imperial Japonés en y alrededor de Nankín, China, tras la caída de la capital frente a las tropas japonesas el 13 de diciembre de 1937.
El ejército japonés se trasladó hacia el norte tras capturar Shanghái en octubre de 1937, y capturaron Nankín en la Batalla de Nankín, el 13 de diciembre de 1937. Los crímenes de guerra cometidos durante este episodio incluyen el pillaje, la violación, y la matanza de civiles y prisioneros de guerra. El alcance de las atrocidades es debatido entre China y Japón, que van desde la afirmación del gobierno chino de una cifra de muertos no combatientes superior a 300.000.
Este terrible hecho histórico, uno más en un mar de atrocidades, provoca gran resentimiento entre Japón y China que a lo largo de la historia se han comportado como naciones rivales. 75 años después de la matanza las heridas aún permanecen abiertas.
Lu Chuan ha rodado este dantesco espectáculo intentando mostrar todo el horror de esta bochornosa página de la historia. ¿Porqué este odio? Uno se preguntará. ¿Cómo es posible que haya ocurrido lo que ocurrió? En occidente hablaremos, siempre con prejuicios, sobre la clásica crueldad oriental olvidando numerosos ejemplos en nuestros lares: la guerra civil española (tanto en el bando nacional como el republicano), las purgas de Stalin, el holocausto nazi, cualquier guerra en suelo europeo han sido objeto de toda clase de atrocidades. Los orientales no tienen el monopolio de la crueldad ya que occidente no le vamos a la zaga.
La crueldad es motivada por las ideologías negativas que padecemos. El creer que por haber nacido en un país ya somos superiores al resto del mundo, que nuestra religión es la única verdadero y las demás son falsas. El nacionalismo, el clasismo, el sexismo son ideologías dominantes y madres de todos los Nankín del mundo.
Las imágenes de la película son muy duras, filmadas en blanco y negro cámara en mano. A veces producen repugnancia, otras dolor e indignación. Una atrocidad de la que sus verdugos se sienten orgullosos con celebraciones festivas al cumplirse un año de la toma de la ciudad. A mí me ha producido mucha tristeza esta, por otra parte espléndida, película de Lu Chuan.

Salvador Sáinz