EL SÉPTIMO SELLO (1957)


EL SÉPTIMO SELLO. Título original: Det sjunde inseglet (The Seventh Seal). Año: 1957. País: Suecia. Director: Ingmar Bergman. Intérpretes: Gunnar Björnstrand (Jöns, escudero), Bengt Ekerot (La Muerte), Nils Poppe (Jof, el cómico), Max von Sydow (Antonius Block), Bibi Andersson (Mia, la cómica), Inga Gill (Lisa, la mujer del herrero), Maud Hansson (La Bruja), Inga Landgré (Karin), Gunnel Lindblom (Chica), Bertil Anderberg, Anders Ek, Åke Fridell, Gunnar Olsson, Erik Strandmark. Guión: Ingmar Bergman. Música: Erik Nordgren. Fotografía: Gunnar Fischer (blanco y negro). Duración: 96 min. Productora: Svensk Filmindustri. Género: Drama | Siglo XIV. Edad Media. Película de culto. Religión.
Premios: 1957: Cannes: Premio Especial del Jurado
1960: Seminci: Espiga de Oro: Mejor película

Una de las más grandes películas de toda la historia del cine: El séptimo sello del gran director sueco Ingmar Bergman. Un Bergman metafísico preocupado por lo que viene detrás de la muerte si es que detrás viene algo. La gran pregunta que se hace toda la humanidad en todas las culturas desde el inicio de los tiempos.
¿Existe Dios? ¿Tenemos una segunda y eterna vida? ¿Nos reencarnamos y volvemos a nacer? Y si Dios existiera ¿qué sería? ¿Es el de la Biblia o el del Corán?
Nos encontramos en la Edad Media más oscura, un caballero feudal regresa de las Cruzadas adonde fue a luchar por su fe en los llamados Santos Lugares. Regresa con un escudero, que por cierto es de lenguaje muy culto, y se encuentra su país devastado por la peste.
Un mundo en descomposición que busca ayuda del Más Allá pero se encuentran el silencio como respuesta.
La fotografía de Gunnar Fischer en blanco y negro es impactante, con esa planificación cuidada hasta el más mínimo detalle. En algunos momentos resulta dantesca, como la espectacular profesión de penitentes en busca de la misericordia divina. La presunta bruja condenada a la hoguera porque, dicen, que ha visto al mismísimo Diablo.
Por el contrario tenemos una pareja de cómicos muy ingenua, Jof y Mia (José y María en castellano) que acaban de tener un niño, cantan canciones simplonas e incluso ridículas, metáfora de la Sagrada Familia en su huida hacia Egipto para evitar la matanza de Herodes. Son los únicos personajes que se salvan, que huyen de la muerte, gracias a las visiones de Jof que puede ver a la Muerte y, anteriormente, a la misma Virgen María.
El resto baila la danza de la muerte, condenación de los personajes que no son puros, que viven inmersos en sus miserias.
Es significativa la partida de ajedrez del caballero feudal, Antonius Block, con La Muerte en la que se juega la vida. La Muerte es implacable, nadie escapa de ella, aunque momentáneamente se salve la familia de cómicos por su inocencia e ingenuidad.
Bergman nos describe un mundo que se hunde en la incertidumbre, en su ignorancia y en su temor, que busca una respuesta que no encuentra, donde los personajes se ven perdidos. El séptimo sello es una película de interrogantes, de búsqueda de la gran verdad que se esconde tras el misterio de la muerte y la presunta vida eterna que nos espera si es que los libros sagrados son ciertos.
Pero también este filme representa la imagen de un mundo que se autodestruye, que se hunde en la pobre y la enfermedad. Un mundo donde la Muerte acecha en cada rincón, donde nunca se sabe si tendremos futuro y donde los interrogantes reciben el silencio como respuesta.
Una gran obra maestra de revisión imprescindible.

Salvador Sáinz