UNA CARA CON ANGEL (1957)


UNA CARA CON ANGEL. Título original: Funny Face. Año 1957. País: Estados Unidos. Director: Stanley donen. Intérpretes: Audrey Hepburn, Fred Astaire, Kay Thompson, Michel Auclair, Robert Flemyng, Dovima, Suzy Parker, Sunny Hartnett, Jean Del Val, Virginia Gibson, Sue England, Ruta Lee, Alex Gerry. Guión: Leonard Gershe. Música: George Gershwin, Adolph Deutsch, Roger Edens. Fotografía: Ray June (Technicolor, Vistavision). Productora: Paramount Pictures. Duración: 103 minutos. Musical. Comedia. Romance | Comedia romántica. Moda

Cuando se estrenó Una cara con ángel se alabó su estética y el exquisito gusto de Stanley Donen, pero se criticó duramente su aspecto ideológico porque trata los movimientos existencialistas con muy poco respeto. Esa filosofía es muy corriente en el cine estadounidense. Veamos las Melodías de Broadway de 1955 o La Diosa de la Danza en las que se identifica ambición artística con sopor y aburrimiento.
Esos movimientos existencialistas para mucha gente eran absurdos, una tontería. Eso es muy discutible por cierto, pero tampoco han aportado nada al saber humano.
La película de Stanley Donen data de 1957, la era de los grandes musicales estaba ya tocando a su fin. Cada día era más raro ver un musical de calidad en una pantalla. Gene Kelly y Fred Astaire se iban haciendo mayores y no aparecieron figuras que les sustituyeran.
Audrey Hepburn entonces era jovencita, vivaz y una chica enormemente atractiva a pesar de su extrema delgadez. Además era una actriz sensible, muy versátil capaz de tocar diferentes géneros. En varias películas se le emparejaron con galanes otoñales como Humphrey Bogart en Sabrina (1954), Gary Cooper en Ariane (1957) y Fred Astaire en Una cara con ángel. Incluso pasó algo similar en My Fair Lady aunque la relación en este caso es mucho más compleja.
Pero estas grandes figuras eran auténticas leyendas y se les podía perdonar la excesiva edad en el momento en que rodaron estos títulos ya míticos.
La actriz despertaba un encanto inusual y es en esta película donde mejor lo luce. Es significativo que su nombre figure en primer lugar, ella era la estrella y quién atraía al público de la época. Astaire ya había llevado más de dos décadas como cabeza de cartel, primero en la RKO con Ginger Rogers, pasando posteriormente a la Metro en la época del gran producto Arthur Freed en donde el gran bailarín, el rey del claqué, tenía que seducir a parejas cada vez más jóvenes. La diferencia de edad era mayor.
Las grandes divas del género eran forzadas a la jubilación al iniciarse su madurez, pero el machismo de Hollywood permitía a los caballeros prolongar su vida artística una vez convertidos en grandes estrellas. El nombre de Fred Astaire era un activo que no se podía tirar por la borda. Así cuando sus parejas eran apartadas por razones de edad, continuaba con otras que eran de reciente aparición en la pantalla aumentando cada vez más las diferencias de edad. En el caso de Una cara con ángel era ya abismal.
Posteriormente Astaire, debido a la crisis y desaparición del musical,  se vio relegado a papeles secundarios en películas de Richard Quine, Stanley Kramer y finalmente en El coloso en llamas (1974) en donde recibió un reconocimiento a su carrera por un papel que nada tenía que ver con los de sus años de gloria. Once años después del presente film de Stanley Donen, el ya envejecido Astaire protagonizó El valle del arco iris pero como padre de la actriz principal. Du supervivencia artística fue una de las más largas de la Historia del Cine.
La película de Stanley Donen destaca por su cuidada planificación, su sofisticada puesta en escena. La elegancia de sus imágenes. Donen era más que un director, era todo un virtuoso con una carrera ejemplar.
Resulta inolvidable la secuencia en que los tres protagonistas, cada cual por su lado, bailan y cantan por las calles de París, la Ciudad Luz, hasta encontrarse en la Torre Eiffel. Dichas imágenes han sido consideradas las mejores vistas de dicha ciudad desde el invento de los hermanos Lumière. Cada plano es elegante, colorido, contundente. La coreografía es perfecta.
Las canciones de los hermanos George e Ira Gershwin que repetían tras su Un americano en París, con el gran Gene Kelly.
El procedimiento Vistavision obtenía unos resultados maravillosos en calidad de imagen, muy nítida, limpia y grandes detalles. Pero era demasiado complejo y costoso por lo que lamentablemente fue abandonado.
El definitiva que estamos ante un gran musical, uno de los últimos producidos por Hollywood, antes de las superproducciones de los sesenta que supusieron su final. Un estilo de cine que ya no se volvería a disfrutar en pantalla grande pero que ha sido rescatado gracias al video doméstico. Su visión en blu-ray es perfecta, sensacional.  Vale la pena recuperar la visión de ese gran título de Stanley Donen cuya magia no ha sido superada.

Salvador Sáinz