RAN (1985)

AKIRA KUROSAWA


RAN. Título original: Ran. Año 1985. País: Japón. Director: Akira Kurosawa. Reparto: Tatsuya Nakadai, Akira Terau, Jinpachi Nezu, Pîtâ, Mieko Harada, Masayuki Yui, Daisuke Ryû, Yoshiko Miyazaki, Hisashi Igawa, Kazuo Katô, Norio Matsui. Guión: Akira Kurosawa, Hideo Oguni, Masato Ide (Obra: Rey Lear de William Shakespeare). Música: Toru Takemitsu. Fotografía: Takao Saito & Masaharu Ueda. Coproducción Japón-Francia. Duración: 160 minutos. Drama. Acción | Japón feudal. Siglo XVI
PREMIOS 1986: 2 premios BAFTA: Película extranjera, Maquillaje.
1985: Premios David di Donatello: Mejor director extranjero.
1985: Oscar: Mejor vestuario.

Akira Kurosawa a pesar de haber dado gloria imperecedera al cine japonés y a su país era un cineasta temido por las productoras. En Japón nadie le quería producir nada hasta que en un festival de cine se encontró a Serge Silberman que decidió arriesgarse con Ran. Estamos ante una de las últimas obras maestras del autor de Kagemusha, Dersu Uzala, Rashomon, Los siete samuráis y otras maravillas cinematográficas. Pero ya se sabe que el buen cine no interesa, sólo los bodrios descerebrados para frikkies carentes de la menor sensibilidad.
Ran es una obra perfecta. Ha sido calificado de teatro filmado por alguno, pero para mí es una película 100 por 100 cinematográfica. Una película basada en el siglo XVI de Japón, cuando se empezaba a utilizar las armas de fuego.
Un señor feudal ya anciano, viendo que su vida se acaba, desea vivir una vejez tranquila y dejar a sus tres hijos el gobierno de sus territorios. Pero dos de ellos, a los que creía fieles le traiciona y al que es fiel lo destierra.
Ran es un drama amargo sobre la ingratitud, la venganza y la traición. La venganza por parte de la esposa de uno de sus hijos, un ser mortífero resentida porque el señor feudal había exterminado su familia y la había entregado como “premio” a uno de sus hijos.
La planificación en color de Kurosawa, en los alrededores del famoso monte Fuji que por cierto no aparece en pantalla, es perfecta por su simetría y su cuidado estilismo.
Es como una sucesión de pinturas de artistas renombrados que van pasando ante nuestra mirada seduciéndonos por su gran belleza.
Destaca asimismo las escenas de masas, perfectamente dirigidas concibiendo una película como una creación colectiva en la que ningún trabajo es despreciado.
Pero también es un drama interior sobre la amargura de un señor, que antaño fue cruel y poderosos, que conoce en sus propias carnes los sinsabores de la traición, de su fracaso como padre ya que fue incapaz de inculcar a sus vástagos valores humanos sólidos como la lealtad, la justicia, la protección al débil. Sus hijos son seres aberrantes, capaces de las mayores felonías y atrocidades para repudiar a quien les ha dado todo, la vida y el poder.
Hijos presuntamente todopoderosos pero títeres en manos de la pérfida esposa de uno de ellos, y que al enviudar se desposa al hermano compañero en traiciones hasta desintegrar la familia y el poder que éstos representan.

Salvador Sáinz