QUEREMOS CERVEZA (1933)


QUEREMOS CERVEZA. Título original: What! No beer? Año: 1933. País: Estados Unidos. Director: Edward Segdwick. Intérpretes: Buster Keaton (Elmer J. Butts), Jimmy Durante (Jimmy Potts), Roscoe Ates (Schultz), Phyllis Barry (Hortense), John Miljan (Butch Lorado), Henry Armetta (Tony), Edward Brophy (Spike Moran), Charles Dunbar (Mulligan), Charles Giblyn (jefe), Sidney Bracy (Dr. Smith), James Donlan (Al), Al Jackson (Stool Pigeon). Argumento: Robert E. Hopkins. Guión: Carey Wilson. Diálogos adicionales: Jack Cluett. Fotografía: Harold Wenstrom. Decorados: Cedric Gibbons.- Montaje: Frank Sullivan. Productor: Larry Weingarten. Metro Goldwyn Mayer, 70 minutos. Cómico, slapstick

En algunas biografías de Buster Keaton, incluyendo sus propias memorias, se habla de una conspiración de la Metro, del zar Louis B. Mayer, de intentar lanzar la carrera de Jimmy Durante a costa de hundir la suya en base de considerarle una figura del pasado. Así la extraña pareja rodó tres cintas: El amante improvisado (The Passionate Plumber, 1932), Piernas de perfil  (Speak Easily , 1932) y Queremos cerveza (What! No Beer?, 1933) que supusieron en fin de la carrera de la estrella del silente y el lanzamiento de una nueva marcada por una figura más acorde con las exigencias del nuevo arte, el cine sonoro, los famosos talkies.
James Francis “Jimmy” Durante (10 de febrero de 1893 – 29 de enero de 1980) fue un actor, cantante, pianista y humorista estadounidense, que llegó a ser una de las personalidades más populares y familiares entre las décadas de 1920 y 1970. Uno de sus rasgos distintivos fue su gran nariz, y sus continuos chistes sobre la misma le valieron el mote de "Schnozzola". En España era conocido con el apodo de “Narizotas”.
La maniobra, si es que existió, no podía ser más estúpida porque los tres filmes sobresalen por su mediocridad. Si bien es cierto que los talkies de Keaton no son tan malos como se ha escrito, ya que los historiadores y críticos se ensañaron con ellos, también es verdad que su calidad está muy alejada de las grandes obras maestras del cine silente. Pero seamos justos, para la Metro Keaton rodó tres joyas. El cameraman, El comparsa y Doughboys, dos de ellas mudas y la tercera sonora.
El cine es labor de equipo y en aquel tiempo era el productor jefe quien controlaba la calidad artística de las películas según sus criterios. Así Larry Weingarten, cuñado del talentoso Irving Thalberg, rodó el resto de la carrera del gran cómico en la Metro según sus exigencias y criterios llevándola a un callejón sin salida, empujándole al alcohol y a la decadencia. Keaton no tuvo la oportunidad de rodar talkies más brillantes como los de Harold Lloyd y Charlie Chaplin, aunque en el caso de éste, sólo me parece genial El gran dictador, o la carrera de Stan Laurel y Oliver Hardy quien al conservar su independencia consiguieron salvarse de al quema de las nuevas técnicas.
Las películas que rodó Keaton para la Metro, después de las citadas más arriba, eran inadecuadas para su estilo y salvo Las calles de Nueva York indignas de su talento.
Así tanto Pobre Tenorio, parcialmente Free and Easy, su réplica hispana Estrellados y la trilogía con Durante desmerecen mucho y no son más que un pálido remedo de sus años de gloria.
Si se pretendía lanzar la carrera de Durante con estas tres mediocridades le hicieron un flaco favor. El famoso Narizotas, como se le conocía en España, fracasó como estrella de cine cómico gracias a estas tres películas y a Una fiesta en Hollywood (Hollywood Party, 1934), con cameos de Stan Laurel, Oliver Hardy y el ratón Mickey de Walt Disney, que fue un auténtico desastre. Jimmy Durante tuvo una carrera larga como secundario, sus apariciones eran bienvenidas, pero pertenece a esa estirpe de graciosos que sólo son buenos en cometidos secundarios porque no dan para más.
Por lo que respecta a Queremos cerveza, que si en la actualidad merece los honores de ser remasterizada y editada en DVD es gracias a la aparición del entonces menospreciado Keaton, no es mejor ni peor que sus dos precedentes. El genial cómico del silente rodó la película borracho, según cuenta en sus memorias, perdiendo la productora días de rodaje por su afición al alcohol. Reconoce que fue una actitud poco profesional e irresponsable.
En la película se le ve ausente con movimientos extraños de cabeza, pero aún así anula a su compañero de pantalla al que en esta ocasión se le da mayor protagonismo. En algunas salas pusieron su nombre como cabeza de cartel pero es injusto. La película es de Keaton que aunque alcoholizado luce todo su talento. Desgraciadamente fue este título fue su fin, ya que la Metro rescindió unilateralmente su contrato y le despidió iniciando un infierno que parecía no tener fin y su carrera se hundió para siempre. De hecho ya estaba hundida desde que Weingarten asumió las tareas de jefe de producción.
Queremos cerveza tiene algunos momentos divertidos, pero son dispersos. Está rodada con mucho oficio por los técnicos de la Metro, pero le falta el genio de otros tiempos.
Actualmente se puede ver con agrado, con simpatía incluso o tal vez no dada las circunstancias en que trabajó nuestro admirado Buster. Pero ya se sabe que éste es un Keaton muy pero que muy menor, pero es un Keaton a fin de cuentas. Tras el fuego apagado queda el calor de las cenizas incandescentes. Triste final de una gran carrera.

Salvador Sáinz