EL SEXO DE LOS ÁNGELES (2011)


EL SEXO DE LOS ÁNGELES. Año: 2011. Países: España y Brasil. Dirección: Xavier Villaverde. Interpretación: Astrid Bergès-Frisbey (Carla), Álvaro Cervantes (Rai), Llorenç González (Bruno), Sonia Méndez (Marta), Julieta Marocco (María), Marc García Coté (Adrián), Ricard Farré (Óscar), Lluïsa Castell (Nuria). Guion: Ana Maroto; basado en un argumento de José Antonio Vitoria y Xavier Villaverde. Producción ejecutiva: Pancho Casal, Bob Costa, Xavier Villaverde y Jordi Mendieta. Música: Eduardo Molinero. Fotografía: Sergi Gallardo. Montaje: Guillermo Represa. Diseño de producción: Oriol Puig. Vestuario: Anna Pons. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en España: 4 Mayo 2012. Duración: 105 min. Género: Drama, romance.

Producción catalana cuyo tema central es el del trío bisexual. Desde hace un par de años las leyes españolas permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo, una aspiración que llevaba siglos pendiente pero que debidos a numerosas presiones religiosas, civiles o simples prejuicios ha estado la homosexualidad ha estado prohibida, perseguida e incluso castigada con la muerte.
Parece ser que estamos ahora en una nueva frontera la de reivindicar el número de personas que deben formar lo que denominamos pareja que hasta el presente se ha compuesto por dos personas, un hombre y una mujer. La cultura machista, patriarcal ya no interesa y aparecen nuevos modelos. Uno de ellos es el trío, ¿porqué no formar una unión entre tres personas si las partes implicadas están de acuerdo?
En muchos foros bisexuales (personas que no tienen preferencia por ninguno de los dos sexos o, más claro, gente a los que les gusta igualmente los dos sexos) se puede leer la siguiente demanda. Hombres o mujeres que buscan una pareja hombre y mujer para formar un trío o, viceversa, parejas de hombre y mujer que buscan a un tercero o tercera. No todos los bisexuales son iguales, pero una de parte tiene esa aspiración compartir la cama, y de ser posible la vida, con dos personas a la vez y así tener los dos sexos juntos para disfrutar de ambos sin complejos.
Los personajes de esta película, El sexo de los ángeles, son bastante ingenuos y no van por este sendero. Una fotógrafa y su novio viven felices hasta que éste conoce a otro chico que empieza a besuquearle. En los vestuarios de natación la chica les pila a los dos en pleno morreo.
La chica monta un drama por este encuentro. El tercero en discordia acabará por ligar con la chica y ahora es el novio el que monta la pataleta. En fin, un comportamiento bastante infantil por parte de los tres.
La película tiene una estética y un desarrollo propio de fotonovela de peluquería. Es decir esas fotonovelas románticas que hicieron furor por los setenta y que las peluquerías compraban para que las leyeran las clientas mientras realizaban su labor.
La película no es mala, desde luego. Pero no ha tenido éxito porque le falta consistencia. Sobran aspavientos por parte de los dos chicos y la chica para aceptar la situación como si fuera algo terrible. Vivimos en una época en que los chicos bailan Break dance por la calle, escuchan música bakalao y disco (música que yo encuentro horrible por cierto, pero no es el caso) y a estas alturas hacen aspavientos por una relación que no guarda ningún misterio.
Hay gente que vive así y es feliz, no hay nada de qué hablar.
Una juventud que fuma porros, que son pillados en un domicilio durmiendo todos juntos tras una noche de desenfreno y se pasan todo el metraje para aceptar una inocente relación triangular como si se fuera acabar el mundo por ello. No es muy lógico.
Las dificultades de los tríos son los ambientes conservadores que rechazan este  tipo de relación porque es una violación de la norma establecida, la pareja heterosexual monógama.
Las películas sobre tríos realizadas en España no han tenido suerte en taquilla porque no han sabido explotar sus posibilidades argumentales como ha hecho Tres de Tom Tykwer. Esperemos que la próxima vez den en la diana.
El sexo de los ángeles queda como una película simpática, agradable y romántica. Pero le falta rigor para alcanzar metas más elevadas.

Salvador Sáinz